Lawton, La Habana, 13 de agosto de 2009, (SDP) En 1962 se dirimió la llamada Crisis de Octubre. La Unión Soviética convino con los Estados Unidos en retirar las armas atómicas que mantenía en la Isla; el mundo escapó por un tilín, a una conflagración nuclear.
Ni en aquel momento, ni en ningún otro, Fidel Castro se refirió a estos hechos como violatorios de la soberanía nacional. De hecho, la presencia militar rusa en Cuba se mantuvo, de una u otra forma hasta el más reciente desmantelamiento de la base de Lourdes.
Los actores y las máscaras cambian, pero las causas subyacentes mantienen su peso en la arena internacional. En 1968, seis años después de la crisis de los misiles, le tocó al mismo Fidel Castro, apoyar a los rusos y su invasión a Checoslovaquia. Para esa ocasión, se remitió a la defensa del socialismo y no habló de soberanía nacional.
Una de las últimas reflexiones atribuidas al compañero Fidel, tiene por título ‘Las bases yanquis y la soberanía latinoamericana’. En ella, recurre una vez más a los fieles e ilustres difuntos del panteón heroico latinoamericano. Estos, en opinión del ex comandante, jamás habrían permitido el establecimiento de bases norteamericanas. Lo que no queda claro es, si estos próceres hubieran estado de acuerdo con el establecimiento de bases rusas, chinas, venezolanas o cubanas.
Más allá de los fines geopolíticos del imperio soviético, las bases rusas en Cuba constituyeron una garantía de permanencia para el régimen castrista. Eran el mensaje de aquellos tiempos de guerra fría a partir del cual los rusos, hicieron saber a los yanquis que Cuba estaba bajo su influencia y protección.
En aquellos momentos, la soberanía nacional cedió espacio a la necesidad del régimen de curarse en salud, frente a la hostilidad manifiesta de los Estados Unidos. Entonces, ¿no podría el gobierno de Colombia tratar de curarse en salud, frente a los propósitos desestabilizadores probados de la Venezuela chavista, aliada entre otras perlas, del régimen de La Habana?
Ha sido revelada la participación del gobierno de Venezuela en operaciones de la narco guerrilla, desde suelo venezolano. El involucramiento del gobierno de Hugo Chávez y de Rafael Correa con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, (FARC) es mucho más abarcador que los datos y pruebas encontrados en el ordenador ocupado al difunto capo guerrillero, Raúl Reyes.
La presencia de bases militares norteamericanas responde a una necesidad creciente de Colombia, por hacer frente a los propósitos desestabilizadores del régimen venezolano y sus aliados ideológico-clientelares, en América Latina.
Para Cuba, resulta un síntoma muy favorable que el ex comandante en jefe, aborde situaciones de política internacional en sus reflexiones. Sus intervenciones sobre asuntos nacionales, dirigidas a que todo siga igual, son sumamente perjudiciales.
La miseria y el inmovilismo recurrente que se sufre en Cuba, valida que no se eche a ver como Fidel Castro o sus amanuenses, se ocupan de bases yanquis y soberanía latinoamericana, desde esas anodinas reflexiones.
Como se olvida por oportunismo y conveniencia, aquella dorada época en que bases rusas y un caprichoso internacionalismo, usurparon el discurso a una soberanía maltrecha y poco convincente.
El tiempo para sepultar en sus tumbas anónimas a los cubanos que murieron en su nombre a lo largo del mundo y a una maltrecha soberanía nacional, de la que ayer nadie se acordaba.
jgonzafebster@gmail.com
Ni en aquel momento, ni en ningún otro, Fidel Castro se refirió a estos hechos como violatorios de la soberanía nacional. De hecho, la presencia militar rusa en Cuba se mantuvo, de una u otra forma hasta el más reciente desmantelamiento de la base de Lourdes.
Los actores y las máscaras cambian, pero las causas subyacentes mantienen su peso en la arena internacional. En 1968, seis años después de la crisis de los misiles, le tocó al mismo Fidel Castro, apoyar a los rusos y su invasión a Checoslovaquia. Para esa ocasión, se remitió a la defensa del socialismo y no habló de soberanía nacional.
Una de las últimas reflexiones atribuidas al compañero Fidel, tiene por título ‘Las bases yanquis y la soberanía latinoamericana’. En ella, recurre una vez más a los fieles e ilustres difuntos del panteón heroico latinoamericano. Estos, en opinión del ex comandante, jamás habrían permitido el establecimiento de bases norteamericanas. Lo que no queda claro es, si estos próceres hubieran estado de acuerdo con el establecimiento de bases rusas, chinas, venezolanas o cubanas.
Más allá de los fines geopolíticos del imperio soviético, las bases rusas en Cuba constituyeron una garantía de permanencia para el régimen castrista. Eran el mensaje de aquellos tiempos de guerra fría a partir del cual los rusos, hicieron saber a los yanquis que Cuba estaba bajo su influencia y protección.
En aquellos momentos, la soberanía nacional cedió espacio a la necesidad del régimen de curarse en salud, frente a la hostilidad manifiesta de los Estados Unidos. Entonces, ¿no podría el gobierno de Colombia tratar de curarse en salud, frente a los propósitos desestabilizadores probados de la Venezuela chavista, aliada entre otras perlas, del régimen de La Habana?
Ha sido revelada la participación del gobierno de Venezuela en operaciones de la narco guerrilla, desde suelo venezolano. El involucramiento del gobierno de Hugo Chávez y de Rafael Correa con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, (FARC) es mucho más abarcador que los datos y pruebas encontrados en el ordenador ocupado al difunto capo guerrillero, Raúl Reyes.
La presencia de bases militares norteamericanas responde a una necesidad creciente de Colombia, por hacer frente a los propósitos desestabilizadores del régimen venezolano y sus aliados ideológico-clientelares, en América Latina.
Para Cuba, resulta un síntoma muy favorable que el ex comandante en jefe, aborde situaciones de política internacional en sus reflexiones. Sus intervenciones sobre asuntos nacionales, dirigidas a que todo siga igual, son sumamente perjudiciales.
La miseria y el inmovilismo recurrente que se sufre en Cuba, valida que no se eche a ver como Fidel Castro o sus amanuenses, se ocupan de bases yanquis y soberanía latinoamericana, desde esas anodinas reflexiones.
Como se olvida por oportunismo y conveniencia, aquella dorada época en que bases rusas y un caprichoso internacionalismo, usurparon el discurso a una soberanía maltrecha y poco convincente.
El tiempo para sepultar en sus tumbas anónimas a los cubanos que murieron en su nombre a lo largo del mundo y a una maltrecha soberanía nacional, de la que ayer nadie se acordaba.
jgonzafebster@gmail.com
1 comentario:
¡Ay Juán! Cuba a venido a parar en esto, porque quienes hicimos señalamientos como los que haces, fueron a parar a la carcel chivateados por esa escoria que dice: "Aquí hay que estar con el que está" -sin estar seguros de que ese que está, esté con ellos.Cuanto me complació ver en un artículo de cubanet dicho todo aquello que yo decía sobre la conversión de Cuba en un latifundio ineficiente.
SAUCEDO MIAMI
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