Lawton, La Habana, 27 de agosto de 2009, (SDP) El corto discurso del General Presidente, Raúl M. Castro, que supuestamente versaría sobre la presentación del nuevo funcionario encargado de la Contraloría y terminó en hablar de bueyes, al menos para mí, resulto interesante.
¿Qué es la Contraloría? Es el organismo encargado de examinar las cuentas y la legalidad de los gastos oficiales. Existe en todos los países, aunque con diferentes nombres y llena la función de control inexistente en las demás instancias que solo se ocupan de la gestión asignada a estas. No es así en el castrismo, veamos por qué.
Al inicio de los años 90, Carlos Lage le trajo una tímida propuesta al Anciano sobre un órgano de control dependiente del Ministro de Finanzas, que primero registró a todos los contadores graduados a fin de certificarlos para que pudieran ejercer de forma colegiada. Con ellos, Lage Dávila revivió las consultorias, que en Cuba existieron antes que el Anciano, de niño, corriera por las lomas de Birán. Se regían por los dictámenes del Ministerio de Hacienda y su contraparte, el Tribunal de Cuentas.
Como siempre ocurre, mientras Lage y sus acólitos jugaron con caca y un palito, no hubo problemas, pero cuando entró el verde maldito, el dólar, el Anciano, de un golpe, entregó al Sindicato Único toda la actividad contable de las empresas y lo referente a su control. ¡Qué genialidad!
A Lage Dávila hay que darle un premio por idiotez o persistencia. Dos años después, le presentó al Anciano la odiosa idea de crear un Ministerio de la Auditoria (ente primigenio de lo que hoy nos vende el presidente-general como la tablita salvadora).
Es bueno aclarar que antes de Lage, existían Direcciones de Auditoria en cada provincia y municipio de Cuba. Cada ministerio tenía sus auditores, es decir, una fuerza considerable y bastante experta, pero pocas veces usada.
¿Quieren ver la inutilidad de esos aparatos de control? En el ministerio donde Marino Murillo (el hoy ministro) era Director de Economía, se robaron en un año 32 toneladas de leche en polvo. En otro ministerio, varios vagones de ferrocarril llenos de cigarrillos. Del muelle de La Habana, infinidad de remolques de harina. ¿Saben quien lo detectó? La Policía. En el caso de la leche en polvo, fue gracias a Radio Martí y a una ingenua abogada que se pudo ir de Cuba a tiempo después de hacer más denuncias que declaraciones el pintoresco “presidente” hondureño.
No le relaciono el caso de estafa de Bob Vesco a Abraham Masiques, ya que ese lo detectó la Seguridad del Estado, ocupados como estaban tras del yanqui. En este caso, por órdenes superiores, no intervino ningún auditor.
En el castrismo, ningún ente de control puede encuestar, sino que recibe la orden de la “Superioridad”. ¿Por qué los auditores no trabajan con programas por ministerio? Si así lo hicieran, no quedaría títere con cabeza. Pero sucede que a veces los títeres tienen titiriteros.
Sólo un ejemplo personal. En l992, junto al DTI (Departamento Técnico de Investigaciones), participé en un operativo contra el Administrador de la Heladería Coppelia. No fue por deducciones, Watson, sino por el consabido chivatazo de un empleado el cual, después del interrogatorio, se comprobó que era un resentido, tan ladrón como el que más.
Se operó el día 8 de septiembre con fuerzas policiales y la Fiscalía. Se arrestaron 10 trabajadores y se instruyeron de cargo a 5, entre ellos al Administrador. Mi trabajo en esta operación fue fijar las violaciones financieras y cuantificar a posteriori los daños.
Después de 4 meses, y tras las conclusiones fiscales, resultó que se habían malversado 1 235,000 pesos que entonces, eran 176,430 USD. Por matar una vaca en Cuba se impone una condena de 20 años. ¿Cuanto cumplió el Sr. Administrador? Nada, ni un día ya que “alguien” en la Fiscalía dijo que el administrador era militante del partido, combatiente internacionalista y colaborador del MININT, por lo que no se le aplicó prisión preventiva, ni siquiera fianza. Ah, no se le confiscó la lanchita que tenía anclada en el puesto de Guarda Fronteras en el Río Almendares, con la cual, después de repartir hamburguesas y ron, se marchó alegremente una noche de febrero de 1993 a Estados Unidos, donde hoy reside...
Una pregunta: ¿Cuántos títeres habrá aún, con tan buenos titiriteros? ¿Entonces para qué el control sobre el control?
Gladys Bejerano, designada al frente de la Contraloría, siempre ha sido una gran técnica, conozco su desempeño, pero solo eso. Si Pinocho se porta mal, tiene que esperar por Gepeto o por el Hada Madrina. De lo contrario, no puede hacer nada. Realmente, era preferible hablar de bueyes.
palest44@yahoo.com
¿Qué es la Contraloría? Es el organismo encargado de examinar las cuentas y la legalidad de los gastos oficiales. Existe en todos los países, aunque con diferentes nombres y llena la función de control inexistente en las demás instancias que solo se ocupan de la gestión asignada a estas. No es así en el castrismo, veamos por qué.
Al inicio de los años 90, Carlos Lage le trajo una tímida propuesta al Anciano sobre un órgano de control dependiente del Ministro de Finanzas, que primero registró a todos los contadores graduados a fin de certificarlos para que pudieran ejercer de forma colegiada. Con ellos, Lage Dávila revivió las consultorias, que en Cuba existieron antes que el Anciano, de niño, corriera por las lomas de Birán. Se regían por los dictámenes del Ministerio de Hacienda y su contraparte, el Tribunal de Cuentas.
Como siempre ocurre, mientras Lage y sus acólitos jugaron con caca y un palito, no hubo problemas, pero cuando entró el verde maldito, el dólar, el Anciano, de un golpe, entregó al Sindicato Único toda la actividad contable de las empresas y lo referente a su control. ¡Qué genialidad!
A Lage Dávila hay que darle un premio por idiotez o persistencia. Dos años después, le presentó al Anciano la odiosa idea de crear un Ministerio de la Auditoria (ente primigenio de lo que hoy nos vende el presidente-general como la tablita salvadora).
Es bueno aclarar que antes de Lage, existían Direcciones de Auditoria en cada provincia y municipio de Cuba. Cada ministerio tenía sus auditores, es decir, una fuerza considerable y bastante experta, pero pocas veces usada.
¿Quieren ver la inutilidad de esos aparatos de control? En el ministerio donde Marino Murillo (el hoy ministro) era Director de Economía, se robaron en un año 32 toneladas de leche en polvo. En otro ministerio, varios vagones de ferrocarril llenos de cigarrillos. Del muelle de La Habana, infinidad de remolques de harina. ¿Saben quien lo detectó? La Policía. En el caso de la leche en polvo, fue gracias a Radio Martí y a una ingenua abogada que se pudo ir de Cuba a tiempo después de hacer más denuncias que declaraciones el pintoresco “presidente” hondureño.
No le relaciono el caso de estafa de Bob Vesco a Abraham Masiques, ya que ese lo detectó la Seguridad del Estado, ocupados como estaban tras del yanqui. En este caso, por órdenes superiores, no intervino ningún auditor.
En el castrismo, ningún ente de control puede encuestar, sino que recibe la orden de la “Superioridad”. ¿Por qué los auditores no trabajan con programas por ministerio? Si así lo hicieran, no quedaría títere con cabeza. Pero sucede que a veces los títeres tienen titiriteros.
Sólo un ejemplo personal. En l992, junto al DTI (Departamento Técnico de Investigaciones), participé en un operativo contra el Administrador de la Heladería Coppelia. No fue por deducciones, Watson, sino por el consabido chivatazo de un empleado el cual, después del interrogatorio, se comprobó que era un resentido, tan ladrón como el que más.
Se operó el día 8 de septiembre con fuerzas policiales y la Fiscalía. Se arrestaron 10 trabajadores y se instruyeron de cargo a 5, entre ellos al Administrador. Mi trabajo en esta operación fue fijar las violaciones financieras y cuantificar a posteriori los daños.
Después de 4 meses, y tras las conclusiones fiscales, resultó que se habían malversado 1 235,000 pesos que entonces, eran 176,430 USD. Por matar una vaca en Cuba se impone una condena de 20 años. ¿Cuanto cumplió el Sr. Administrador? Nada, ni un día ya que “alguien” en la Fiscalía dijo que el administrador era militante del partido, combatiente internacionalista y colaborador del MININT, por lo que no se le aplicó prisión preventiva, ni siquiera fianza. Ah, no se le confiscó la lanchita que tenía anclada en el puesto de Guarda Fronteras en el Río Almendares, con la cual, después de repartir hamburguesas y ron, se marchó alegremente una noche de febrero de 1993 a Estados Unidos, donde hoy reside...
Una pregunta: ¿Cuántos títeres habrá aún, con tan buenos titiriteros? ¿Entonces para qué el control sobre el control?
Gladys Bejerano, designada al frente de la Contraloría, siempre ha sido una gran técnica, conozco su desempeño, pero solo eso. Si Pinocho se porta mal, tiene que esperar por Gepeto o por el Hada Madrina. De lo contrario, no puede hacer nada. Realmente, era preferible hablar de bueyes.
palest44@yahoo.com
1 comentario:
guaaa!! me encanta el blog, siempre encuentro temas muy interesantes.
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