El Vedado, La Habana, 25 de junio de 2009, (SDP) La Unión Europea decidió no reanimar las sanciones contra la dictadura comunista de los hermanos Castro. La decisión fue tomada, aun y cuando no encontraron elementos de cambios o propuestas que permitieran un avance del país hacia la democracia o el respeto de los Derechos Humanos.
Desde mediados del mes de mayo, todo indicaba la caída de la posición común, ante el empuje del tándem Moratinos-Mitchel -canciller español uno y comisario europeo el otro-, quienes pujan por levantar la Posición Común. Las palabras de Luis Mitchel, en su reunión con el flamante sustituto del canciller, Bruno Rodríguez, lo auguraban.
La “posición común es uno de los últimos reductos de los gobiernos europeos para influir en la democratización de la isla. Fue adoptada en 1996 por las flagrantes violaciones de los derechos humanos de la monarquía de los Castro. Sin embargo, el gobierno militar no ayudó en los esfuerzos de los complacientes dialogueros, quienes pierden el aire mientras tratan de negociar con la dictadura desde posiciones inseguras.
Esas posiciones de tratar de cambiar a la dictadura desde débiles posiciones de negociación ya la sostuvieron sin éxito políticos como Felipe González, Olof Palme y Jimmy Carter entre otros. A ellos y a otros, Fidel Castro, con su acostumbrado cinismo, dijo que los escuchó con la paciencia de Job y la sonrisa de la Mona Lisa.
Tres años después de su salida del poder por enfermedad y contra viento y marea, su hermano, el general presidente, encamina al estado caribeño a nuevas represiones, con un aumento de la centralización económica, campañas contra el mercado libre y el mantenimiento de los presos políticos y decenas de miles de reclusos por convicción.
En el último mes, La Habana en un gesto hostil a su principal embajador en Europa, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, vinculó a sus servicios de inteligencia con las demociones del ex canciller Felipe Pérez y Carlos Lage, expulsó a tres funcionarios del Centro Nacional de Investigaciones (CNI) de la isla y el embajador español tuvo que salir a consultas.
El Documento de la UE, donde se ratifica la Posición Común, contiene nueve puntos y se hizo público para el pueblo cubano al mediodía del lunes 15 de junio por Radio Martí. La prensa oficial no refiere el hecho, ni el popularmente conocido reflexionista insepulto, el Doctor Fidel Castro, tampoco tocó el tema.
Fuentes internacionales refieren que el texto reitera su compromiso con las libertades fundamentales y el apoyo al libre albedrío de los ciudadanos cubanos. Pide que las delegaciones de alto nivel de la Unión Europea que visiten la isla, se reúnan con los demócratas y la sociedad civil y pidan concienzudamente la libertad incondicional de los presos políticos.
Analistas refieren que la actual declaración de la UE es una de las más fuertes y enérgicas contra la dictadura desde la primavera negra del 2003, cuando al menos 75 hombres y una mujer fueron detenidos por delitos políticos y de opinión. Refiere el texto la preocupación del Consejo por la falta de avances dentro del país y exhorta al gobierno de la isla a encaminarse a la democracia y el respeto de los derechos humanos. Otros observadores coinciden en que no hay un cambio en la posición conciliadora de la UE, sino cansancio ante la falta de avances tangibles.
El documento asume la realidad cubana con un lenguaje poco diplomático, luego de cinco años de intentar un camino negociado con el gobierno militar. Sin embargo, la infeliz propuesta de reunirse con los demócratas cuando “sea apropiado” da una solución salomónica a la representatividad de las fuerzas prodemocráticas dentro de la isla. Además el documento afirma que la UE espera que el gobierno no interrumpa las conversaciones entre sus dignatarios y las fuerzas democráticas, lo que implica otra cesión de la soberanía frente a la dictadura.
Si durante el último año no hubo encuentros de las altas autoridades europeas en sus visitas a La Habana con las fuerzas prodemocráticas, el actual documento no crea escenarios para que los dignatarios europeos conozcan de primera mano la realidad política y económica de la isla.
A los ojos de los demócratas cubanos, Europa pierde su estatura moral, aliándose a las posiciones populistas latinoamericanas de reconocimiento y fortalecimiento de las relaciones con el actual gobierno cubano. Esa oposición democrática, en la voz de Elizardo Sánchez, de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, espera que la UE asuma el mismo rigor con la dictadura cubana, como con las dictaduras de Birmania, Zimbawe y Corea del Norte, a quienes aplica sanciones graduales y coherentes.
Para los demócratas en la isla, el gobierno español es responsable de dar pasos a favor de la dictadura y de empujar a Europa en ese camino, convirtiendo el retórico diálogo crítico, en un monólogo. Es de esperar que en el 2010, cuando España ocupe la presidencia de la UE, empuje definitivamente a la UE hacia la ruptura de la Posición Común.
aleagapesant@yahoo.es
Desde mediados del mes de mayo, todo indicaba la caída de la posición común, ante el empuje del tándem Moratinos-Mitchel -canciller español uno y comisario europeo el otro-, quienes pujan por levantar la Posición Común. Las palabras de Luis Mitchel, en su reunión con el flamante sustituto del canciller, Bruno Rodríguez, lo auguraban.
La “posición común es uno de los últimos reductos de los gobiernos europeos para influir en la democratización de la isla. Fue adoptada en 1996 por las flagrantes violaciones de los derechos humanos de la monarquía de los Castro. Sin embargo, el gobierno militar no ayudó en los esfuerzos de los complacientes dialogueros, quienes pierden el aire mientras tratan de negociar con la dictadura desde posiciones inseguras.
Esas posiciones de tratar de cambiar a la dictadura desde débiles posiciones de negociación ya la sostuvieron sin éxito políticos como Felipe González, Olof Palme y Jimmy Carter entre otros. A ellos y a otros, Fidel Castro, con su acostumbrado cinismo, dijo que los escuchó con la paciencia de Job y la sonrisa de la Mona Lisa.
Tres años después de su salida del poder por enfermedad y contra viento y marea, su hermano, el general presidente, encamina al estado caribeño a nuevas represiones, con un aumento de la centralización económica, campañas contra el mercado libre y el mantenimiento de los presos políticos y decenas de miles de reclusos por convicción.
En el último mes, La Habana en un gesto hostil a su principal embajador en Europa, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, vinculó a sus servicios de inteligencia con las demociones del ex canciller Felipe Pérez y Carlos Lage, expulsó a tres funcionarios del Centro Nacional de Investigaciones (CNI) de la isla y el embajador español tuvo que salir a consultas.
El Documento de la UE, donde se ratifica la Posición Común, contiene nueve puntos y se hizo público para el pueblo cubano al mediodía del lunes 15 de junio por Radio Martí. La prensa oficial no refiere el hecho, ni el popularmente conocido reflexionista insepulto, el Doctor Fidel Castro, tampoco tocó el tema.
Fuentes internacionales refieren que el texto reitera su compromiso con las libertades fundamentales y el apoyo al libre albedrío de los ciudadanos cubanos. Pide que las delegaciones de alto nivel de la Unión Europea que visiten la isla, se reúnan con los demócratas y la sociedad civil y pidan concienzudamente la libertad incondicional de los presos políticos.
Analistas refieren que la actual declaración de la UE es una de las más fuertes y enérgicas contra la dictadura desde la primavera negra del 2003, cuando al menos 75 hombres y una mujer fueron detenidos por delitos políticos y de opinión. Refiere el texto la preocupación del Consejo por la falta de avances dentro del país y exhorta al gobierno de la isla a encaminarse a la democracia y el respeto de los derechos humanos. Otros observadores coinciden en que no hay un cambio en la posición conciliadora de la UE, sino cansancio ante la falta de avances tangibles.
El documento asume la realidad cubana con un lenguaje poco diplomático, luego de cinco años de intentar un camino negociado con el gobierno militar. Sin embargo, la infeliz propuesta de reunirse con los demócratas cuando “sea apropiado” da una solución salomónica a la representatividad de las fuerzas prodemocráticas dentro de la isla. Además el documento afirma que la UE espera que el gobierno no interrumpa las conversaciones entre sus dignatarios y las fuerzas democráticas, lo que implica otra cesión de la soberanía frente a la dictadura.
Si durante el último año no hubo encuentros de las altas autoridades europeas en sus visitas a La Habana con las fuerzas prodemocráticas, el actual documento no crea escenarios para que los dignatarios europeos conozcan de primera mano la realidad política y económica de la isla.
A los ojos de los demócratas cubanos, Europa pierde su estatura moral, aliándose a las posiciones populistas latinoamericanas de reconocimiento y fortalecimiento de las relaciones con el actual gobierno cubano. Esa oposición democrática, en la voz de Elizardo Sánchez, de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, espera que la UE asuma el mismo rigor con la dictadura cubana, como con las dictaduras de Birmania, Zimbawe y Corea del Norte, a quienes aplica sanciones graduales y coherentes.
Para los demócratas en la isla, el gobierno español es responsable de dar pasos a favor de la dictadura y de empujar a Europa en ese camino, convirtiendo el retórico diálogo crítico, en un monólogo. Es de esperar que en el 2010, cuando España ocupe la presidencia de la UE, empuje definitivamente a la UE hacia la ruptura de la Posición Común.
aleagapesant@yahoo.es
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