Marianao, La Habana, 11 de junio de 2009, (SDP) El pasado 3 de junio, la dirección del Instituto Tecnológico Osvaldo Herrera (Ave de Rancho Boyeros y Conill, Cerro) convocó a una reunión de padres para informarles acerca de la reestructuración decretada por la Ministra Ena Elsa Velásquez Cobielles para ese nivel de enseñanza.
Dicha medida anula la validez plena del título de Bachiller obtenido por los graduados y sólo los facultaría para continuar estudios universitarios en las carreras de la especialidad del centro, en este caso, Electrónica e Informática. Quienes persistan interesados en obtener el Título de Bachiller en plenitud de sus derechos, tendrían que matricular forzosamente los tres años en un Pre-universitario en el campo.
Impuestos los asistentes de esta situación, las protestas no se hicieron esperar, pues padres y alumnos se sintieron engañados impunemente por dicho decreto, impuesto a mediados del curso escolar.
“Esta disposición no puede aplicarse a quienes matricularon con la certidumbre de que obtendrían títulos de bachilleres plenos, las leyes no son retroactivas” – afirmaba una abogada allí presente.
“Ustedes no podían aceptar esa imposición de la provincia” – le cuestionó a la dirección del Centro otro de los padres.- ¡Tengan cuidado, recuerden que la Revolución del 59 empezó por los estudiantes¡
Cuando uno de los funcionarios presentes intentó argumentar que la medida obedecía a una necesidad de la Revolución, fue abucheado por la mayoría de las personas allí presentes.
Los padres plantearon por unanimidad que dicha Resolución sólo podría aplicársele a los que comenzaran el próximo curso, quienes ya matricularían conociendo que al graduarse de 12 grado, sólo tendrían derecho a continuar la carrera universitaria de la especialidad.
Durante la reunión, no se les permitió hablar a los estudiantes, pero estos permanecieron en el local, desacatando la directiva de retirarse hacia sus albergues.
Los padres y familiares de los alumnos perjudicados tomaron fotos y videos del suceso, que por momentos pareció a punto de degenerar en una explosión de violencia, con los asistentes puestos de pie y expresándose a gritos.
La reunión se suspendió al oscurecer, sin llegarse a ningún acuerdo. Los padres comenzaron a recoger firmas para elevar su protesta a las instancias superiores, con la esperanza de hacerse oír para que la flamante ministra, procedente de Santiago de Cuba, entre en razones.
Reuniones como esta vienen realizándose en todos los Institutos Tecnológicos de la capital, con resultados similares.
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