jueves, 25 de junio de 2009

LOS MÁS BARATOS DEL MUNDO, Juan González Febles



Lawton, La Habana, 25 de junio de 2009, (SDP) Dicen que el presidente Raúl Castro aparece en uno de los videos secretos preparados para los miembros del excluyente, minoritario y gobernante Partido Comunista, y en este afirma que sólo confía en su escolta. No le falta razón, los mercenarios nunca han sido confiables. No lo son, aunque se trate de los más baratos del mundo.

Los miembros de la policía de Seguridad del Estado o segurosos, como suele llamarlos el pueblo, son los esbirros de menor costo del planeta. Una moto, un poco de gasolina, una jabita y ciertas parcelas de autoridad bastan. A partir de esto, persiguen disidentes, intimidan a la población, maltratan a presos inermes y cumplen cualquier tipo de orden, al margen de la ley, que quien esté facultado para ello, tenga a bien impartir.

Jóvenes en su gran mayoría, son egresados de las escuelas de inteligencia y contrainteligencia establecidas en el país. Carentes de sólidos presupuestos ideológicos, comparten la misma falta o pérdida de valores que el resto de su generación. La orfandad ideológica les obliga a refugiarse en las fronteras inciertas del cumplimiento de órdenes en que tratan de diluir la responsabilidad o la conciencia.

Este cuerpo élite es responsable por el sostenimiento de un régimen dictatorial hereditario y por el traspaso de sus poderes. Esto que comenzó desde el hermano mayor al hermano menor, tiende a la continuidad. Se extenderá eventualmente a los miembros más jóvenes de esa aciaga estirpe. Los segurosos sostienen este sistema execrado por el pueblo. El sistema se deslizó desde supuestas posiciones marxistas, hasta el más despiadado y excluyente capitalismo de estado.

Los jefes supremos de esta guardia pretoriana proceden desde 1989 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en específico de la llamada Contra Inteligencia Militar o CIM. Militares con grandes lagunas en su formación moral y cultural, responden al patrón formativo soviético. Son hechura de la escuela y el espíritu del KGB soviético. Algunos consideran que la brutalidad y la falta de humanidad que les caracteriza, garantizan la disciplina y obediencia del siempre fiel colegio de generales cubanos.

A pesar de lo antes expuesto, los segurosos son policías con un alto nivel de profesionalidad. Lo que no parecen haber comprendido es que en todos los sistemas político-económicos, hacen falta buenos policías. Lo que nadie necesita es una clase política egoísta, parásita e incompetente por añadidura. Nuestros esbirros, que son los más baratos del mundo, aún tienen futuro.

En la Cuba del futuro, podrían dedicarse a combatir la droga o el surgimiento de mafias alentadas por sus antiguos jefes. Serían los policías perfectos de un estado de derecho. Los inmejorables guardianes de la ley. Sólo falta que se den cuenta y que la vergüenza un día, les obligue a pensar. ¡Ojala no dejen que se haga demasiado tarde!
jgonzafebster@gmail.com

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