jueves, 25 de junio de 2009

PASOS CORTOS, VISTA LARGA, Frank Correa.



Jaimanitas, La Habana, 25 de junio de 2009. (SDP) Hace justamente un año, interesado por las perspectivas que anunciaba su Proyecto de Cambio lanzado desde las filas de la Unidad Liberal de la República de Cuba, le realicé una entrevista al líder opositor Francisco Chaviano González.

Chaviano llevaba pocos meses en la calle. Acababa de extinguir una condena de 13 años de cárcel por su lucha contra el gobierno de Fidel Castro. Ideas renovadoras y nuevas estrategias de trabajo se podían percibir a simple vista en las proposiciones que encerraba aquel documento, para lograr la Transición pacífica de Cuba hacia la democracia. Hoy, transcurrido doce meses, muchas de aquellas interrogantes y otras consultas necesarias obligan a sentarnos otra vez con él y repasar el espectro socio-político de la Cuba actual.

Frank Correa.--En estos doce meses indudablemente han ocurrido cambios en el contexto nacional, también han ocurrido hechos y situaciones dentro de las filas disidentes que desembocaron en la renovación de la dirigencia. Inicio esta entrevista con la misma pregunta que la entrevista anterior de hace un año. ¿Cree usted que los grupos de la oposición están listos para despojarse del protagonismo y el conflicto de intereses que a veces los agobia?

Francisco Chaviano.--La enorme maquinaria de la policía política nos agrede para impedir que logremos reunirnos en un proyecto común. También algunos grupos del exilio siguen propósitos más personales que patrióticos y conspiran contra la cohesión, sin percatarse que ninguna entidad por si sola podrá contribuir a que ocurra un cambio en este país. Otro problema que se ha convertido en un lastre es el caudillismo, disidentes que luego de ciertos éxitos terminaron convertidos en totalitarios. El brillo que les hizo resplandecer alguna vez ya no existe, no generan, no oyen a nadie. Si pones un proyecto en sus manos lo tergiversan, lo destruyen, los abandonan. Son antidemocráticos, invalidados para esta lucha. La Agenda para la Transición Cubana intenta apartarse de eso, con un ambiente de respeto, donde cada reunión es presidida por un miembro diferente del plenario elegido para la ocasión y una Secretaría Pro Témpore encargada de cumplir con los acuerdos.

FC.--Conociendo las nuevas perspectivas creadas en el entorno nacional e internacional, a raíz de la carta al presidente de Estados Unidos hecha por la Todos Unidos y Unidad Liberal de la República de Cuba con relación a los fondos y otras propuestas de trabajo. ¿Están el exilio y la oposición interna en la misma frecuencia?

FCh.--Hay dificultades. En el exterior al ver que las cosas no prosperan quieren tomar las riendas del asunto y decirnos lo que tenemos que hacer. Todos desearíamos lanzarnos a la calle para poner fin definitivamente a este régimen, pero el pueblo aún no está preparado, ni la oposición tiene la organización y la coherencia que se precisa. Hay que ir por pasos. Cada quien debe de ocuparse de lo que le corresponde y no tratar de imponer criterios. Cuando yo salí de prisión me encontré con una profunda diferencia entre los de aquí con algunos de los de allá. Algunos líderes de aquí eran frenéticos promotores de enviar la carta y renunciar a los fondos del gobierno americano para la democracia en Cuba, si no llegaba a manos de los que verdaderamente estaban inmersos en la lucha. Pero a última hora parece que entraron en algún arreglo, porque hicieron todo lo contrario. Yo pienso, que en algunos puntos nos excedimos diciendo cosas innecesarias, sé que algunos se sienten ofendidos, pero deben darse cuenta que es agravio de un día a los que actuaron en forma que ofendía a los de acá, todos los días. Los que usan su dinero para ayudar esta causa merecen nuestro mayor reconocimiento, si con él va un condicionamiento podrá ser aceptado o no, pero no lleva una crítica mayor. Para el que utiliza los fondos donados para la causa en uso y provecho, la carta es adecuada y necesaria.

FC.--En los próximos meses, producto a diversos factores, se recrudecerá la crisis económica en la isla. ¿Cómo valora usted la situación interna y qué papel deberá jugar la oposición?

FCH. -- Evidentemente nuestra crisis de 50 años se ahondará con motivo de la crisis mundial, pero de forma más punzante, debido a la tozudez de nuestros gobernantes que se empeñan en agravarla aplicando los caducos modos comunistas de producción. Habrá un aumento drástico del éxodo, de las penurias de la población, los apagones y la carencia. El descrédito del régimen es total. Todos estos factores pueden llevar al aumento de la violencia callejera y las acciones antigubernamentales. Los Castro han entrado en su recta final con lo que las fisuras del poder aumentarán. Muchos de los elementos importantes de la cúpula del gobierno estarán buscando una salida. El objetivo de la oposición es lograr agruparse para presentar una alternativa viable para todos. Tenemos que convencer al pueblo a dar los pasos para crear las condiciones sujetivas del cambio y con ello estimular a los elementos del actual régimen que lo desean y tienen fuerza para llevarlo a cabo.

FC.--Continúan encerrados en las prisiones cubanas un gran número de luchadores por los derechos humanos. La persecución y el acoso a los miembros de grupos opositores y a periodistas independientes en vez de amainar crece. Estados Unidos ha suspendido algunas medidas del anterior gobierno que recrudecían el embargo. ¿Dónde cree usted que debe radicar la principal dirección de trabajo del grupo dirigente opositor en estos momentos cruciales?

FCH.-- La represión es la base en que se sustenta el poder comunista. En tiempos de crisis se les hace necesario inmovilizar a la población, porque si ocurre un estallido social se acaba el régimen. Ellos lo saben y tratan de contenerlos con el látigo del miedo. Por ello aumentarán las detenciones. Pero los tiempos son muy difíciles para la aplicación de tales métodos. El presidente Obama con su política le es un escollo muy grande, porque está correspondiendo a un llamado internacional promovido por los propios Castro en su estrategia de presentarse como víctima ante el mundo. Con ello, la bola está en el terreno de estos gobernantes comunistas: si la aceptan pierden y si la rechazan también. Entonces están tratando de buscar un pretexto para escabullirse sinuosamente y poder romper con todos, ese es su dilema. El nuestro es impedirlo, consolidándonos en una estructura representativa que se presente como una alternativa viable, listos para dialogar y llegar a algún arreglo; mantener el espacio que se ha ganado a toda costa; cambiar la acción de protesta cívica callejera por la preparación para ese evento si las condiciones lo hacen propicio. En fin, andar con cautela, ser muy observador e irse preparando para los eventos venideros; como suelen decir los presos: Pasos cortos, vista larga.
beilycorrea@yahoo.es


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