Habana Vieja, La Habana, 25 de junio, (SDP) Los comentarios políticos contra la dictadura de Fidel Castro Ruz por parte de la población se han incrementado. Este reportero no se refiere a personas que conoce, sino a personas absolutamente desconocidas que al iniciar una conversación, a los pocos minutos o segundos, comienzan a criticar al gobierno. La autenticidad de estas opiniones está revalidada por el hecho real de que este reportero permanece ajeno, sin intervenir, sólo se limita a escuchar.
Estos comentarios surgen en las paradas de guaguas, bares, cafeterías y comercios en monedad nacional. En varios de ellos, se alegran que miembros de la cúpula gobernante que parecían intocables hayan sido sustituidos. Dicen que se alegran mucho de que entre ellos mismos se esté destruyendo a la revolución.
A veces, en muy contadas ocasiones, he intervenido diciéndoles a estas personas que el capitalismo brutal se cae a pedazos y que en Miami las gentes se matan los unos a los otros, sea por homicidio o accidentes. Entonces me miran con ojos de “extrema derecha” y me dicen que en Cuba es peor: -“Pero no lo sabemos porque la prensa oficial no lo refleja o no lo pueden publicar o el Ministerio del Interior no tiene canales, como en otros países, para informar a la prensa los accidentes o los hechos sangrientos”.
Por ejemplo, un comentario que despertó nuestro interés es aquel que plantea que después de la Causa #1, la revolución inició una etapa de desprestigio, tanto nacional como internacional, y que dentro de sus filas ha bajado la moral después de las recientes destituciones de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, entre otros.
Alegan estas desconocidas personas que la unidad de los dirigentes de la Revolución no existe y que no hay que estar entre ellos o ser adivino para saber o deducir que todos tiemblan de terror porque entre ellos nadie sabe quién será el próximo que caerá desde las alturas del Poder.
Dicen estas personas que la dictadura no tendrá continuidad una vez que su Jefe Máximo sea mandado a buscar por Papa Dios que está en los Cielos. También alegan que su hermano Raúl Castro Ruz no tiene capacidad de mando para reconstruir a la revolución y nadie lo respeta.
El punto es, según estos declarantes públicos, que el peor enemigo de Raúl Castro Ruz es su propio hermano que agoniza y no le permite ejercer su mandato presidencial cuando constantemente, ante la opinión pública nacional e internacional, lo desautoriza en pequeñas tomas de decisiones, lo cual es un modo humillante de decirle que “aquí, Raúl, quien manda soy yo”.
También dicen que cuando Raúl Castro Ruz tomó la jefatura del gobierno y dijo en su primer discurso “yo soy un hombre de poco hablar” lo cual significaba que es un hombre de acción, dijo que la situación del país cambiaría, ha habido cambios, sí, pero hacia atrás; ahora estamos peor que antes.
Dicen estas desconocidas personas que en los centros de trabajo, oficinas y dependencias del estado, tanto en monedad nacional como libremente convertible, reina la misma corrupción de siempre: el robo y el fraude contra el estado por personas que dicen que son revolucionarios y fieles al Partido Comunista de Cuba.
En cuanto al futuro para Cuba, dicen que todo tendrá obligatoriamente que cambiar, pero no saben si a través de un baño de sangre o de forma pacífica.
ramon597@correodecuba.cu
Estos comentarios surgen en las paradas de guaguas, bares, cafeterías y comercios en monedad nacional. En varios de ellos, se alegran que miembros de la cúpula gobernante que parecían intocables hayan sido sustituidos. Dicen que se alegran mucho de que entre ellos mismos se esté destruyendo a la revolución.
A veces, en muy contadas ocasiones, he intervenido diciéndoles a estas personas que el capitalismo brutal se cae a pedazos y que en Miami las gentes se matan los unos a los otros, sea por homicidio o accidentes. Entonces me miran con ojos de “extrema derecha” y me dicen que en Cuba es peor: -“Pero no lo sabemos porque la prensa oficial no lo refleja o no lo pueden publicar o el Ministerio del Interior no tiene canales, como en otros países, para informar a la prensa los accidentes o los hechos sangrientos”.
Por ejemplo, un comentario que despertó nuestro interés es aquel que plantea que después de la Causa #1, la revolución inició una etapa de desprestigio, tanto nacional como internacional, y que dentro de sus filas ha bajado la moral después de las recientes destituciones de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, entre otros.
Alegan estas desconocidas personas que la unidad de los dirigentes de la Revolución no existe y que no hay que estar entre ellos o ser adivino para saber o deducir que todos tiemblan de terror porque entre ellos nadie sabe quién será el próximo que caerá desde las alturas del Poder.
Dicen estas personas que la dictadura no tendrá continuidad una vez que su Jefe Máximo sea mandado a buscar por Papa Dios que está en los Cielos. También alegan que su hermano Raúl Castro Ruz no tiene capacidad de mando para reconstruir a la revolución y nadie lo respeta.
El punto es, según estos declarantes públicos, que el peor enemigo de Raúl Castro Ruz es su propio hermano que agoniza y no le permite ejercer su mandato presidencial cuando constantemente, ante la opinión pública nacional e internacional, lo desautoriza en pequeñas tomas de decisiones, lo cual es un modo humillante de decirle que “aquí, Raúl, quien manda soy yo”.
También dicen que cuando Raúl Castro Ruz tomó la jefatura del gobierno y dijo en su primer discurso “yo soy un hombre de poco hablar” lo cual significaba que es un hombre de acción, dijo que la situación del país cambiaría, ha habido cambios, sí, pero hacia atrás; ahora estamos peor que antes.
Dicen estas desconocidas personas que en los centros de trabajo, oficinas y dependencias del estado, tanto en monedad nacional como libremente convertible, reina la misma corrupción de siempre: el robo y el fraude contra el estado por personas que dicen que son revolucionarios y fieles al Partido Comunista de Cuba.
En cuanto al futuro para Cuba, dicen que todo tendrá obligatoriamente que cambiar, pero no saben si a través de un baño de sangre o de forma pacífica.
ramon597@correodecuba.cu
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