Managua, La Habana, 11 de junio de 2009. (SDP). Dentro del contexto de la Asamblea 39 de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo que la historia ya absolvió al pueblo de Cuba y a Fidel Castro.
En esa ocasión, Zelaya no tenía puesto el sombrero, sus ideas estaban desguarnecidas. El pueblo de Cuba no está acusado de nada, nadie tiene que absolverlo o juzgarlo.
En cuanto a Castro, si la historia lo absuelve tras haber impuesto una ideología totalmente extraña a la idiosincrasia y valores espirituales de la población cubana, que ha obligado a huir del país a cerca del 20% de los cubanos y que ha dañado las bases de la nación, entonces la historia es una mentirosa incorregible que no merece el más mínimo respeto.
Por su parte, Castro aseguró en una de sus “reflexiones” que la OEA, entre otras cosas, ha apoyado las bases militares y las crisis económicas, el narcotráfico, la dependencia económica, la pobreza y las armas sofisticadas del crimen organizado.
Nos acabamos de enterar que la OEA estaba detrás de la instalación en la isla de los cohetes atómicos y de la base de escucha en la provincia La Habana, de la brigada de combate soviética, de la subvención millonaria durante decenios de la URSS a la economía de Cuba, de los 49 años de libreta de racionamiento y de los altos oficiales y funcionarios condenados a fusilamiento en la Causa Uno de l989 por estar implicados en el narcotráfico.
La OEA decidió, el pasado miércoles tres, revocar la exclusión del régimen de La Habana de esa organización continental que estaba en vigencia desde l962. La Habana asumió el hecho como un triunfo propio porque no existe ahora ninguna condición especial para su retorno a ese concierto de Estados americanos. El acuerdo fue unánime.
Unos días antes, el 25 de mayo, el ministro de Relaciones Exteriores del gobierno cubano, Bruno Rodríguez, afirmó en Caracas, Venezuela, que Cuba se sentía orgullosa de estar fuera de la Organización de Estados Americanos.
“No está en discusión el reingreso de Cuba a la OEA, que ha sido históricamente un instrumento de Estados Unidos y que hoy lo sigue siendo”, sentenció el canciller.
Continuando esa línea de pensamiento, pues fue Estados Unidos quien decidió de manera unilateral u ordenó, que las puertas de la OEA les fueran abiertas a los gobernantes cubanos.
La Resolución de la Organización de Estados Americanos sobre la Mayor de las Antillas, dice en el último de sus seis párrafos: “Que la participación de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del Gobierno de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA”.
Los principios de la OEA están relacionados con la seguridad, la democracia, la autodeterminación (de los pueblos manifestada en elecciones libres), la no intervención, los derechos humanos y el desarrollo.
Ante ese valladar, y aunque Zelaya no tenga techo para sus descabelladas ideas relacionadas con Cuba, el régimen de los Castro continuará en busca de pretextos para estar fuera de la OEA.
fornarisjo@yahoo.com
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