jueves, 25 de junio de 2009

¿SEÑALES?, Frank Correa



Jaimanitas, La Habana, 18 de junio de 2009, (SDP) Recientemente, Inmigración y Extranjería, dependencia del Ministerio del Interior encargada de los procesos migratorios en Cuba, emitió algunos permisos de salida definitivos a opositores del gobierno comunista, que tal vez pudieran considerarse como señales positivas con relación a este tópico engorroso que toca de manera sensible a los cubanos.

Muchos opositores que pertenecen a grupos contestatarios se acogen al Programa de Refugiados para marcharse del país. Luego de presentar la documentación requerida, realizar los trámites exigidos y recibir las visas para viajar a los Estados Unidos, los aspirantes a exiliados fenecen durante años en la espera del controvertido permiso de salida que otorga el Ministerio del Interior, conocido popularmente como tarjeta blanca.

Mucho se ha hablado y escrito al respecto. La necesidad de la reunificación familiar y el escape hacia una sociedad libre, se vuelven a veces verdaderas pesadillas que laceran la salud y el intelecto de estos hombres atribulados que esperan porque algún día un funcionario de Inmigración y Extranjería los visite o los llame por teléfono con la noticia gratificante.

Ahí están dos casos específicos entre muchos: Edgar López Moreno, presidente de la Coalición Juvenil Martiana, fue aprobado por el Programa de Refugiados, pero sólo le entregaron las tarjetas blancas a su esposa y a su pequeño hijo, que viajaron a los Estados Unidos y llevan ya dos años en el vecino país. Edgar hace poco se sumió en una desesperada huelga de hambre para exigir su permiso de salida y reencontrarse con su familia. Jorge Olivera, periodista independiente, lleva más de cuatro años aprobado igualmente por dicho Programa, pero tampoco le entregan el documento definitorio para marcharse del país.

La famosa lista de espera de las tarjetas blancas ha estado detenida durante años. Estancada, empantanada, reprimida, según los vocablos utilizados cotidianamente por los numerosos compatriotas de lucha afectados por esta situación, que acusan al gobierno cubano de utilizar este artificio como herramienta para el chantaje y la exigencia de colaboración con la policía política. Pero con estas recientes emisiones de permisos de salidas definitivos, muchos ven señales de movimiento y apertura, un resquicio en la hasta ahora hermética barrera colocada por el gobierno comunista en el boquete migratorio.

Hugo León Padrón Azcuy, presidente del Partido Nacional Cubano y Roberto Larramendi Estrada, antiguo miembro del Partido Ortodoxo del Pueblo Cubano y ex miembro del Colegio Independiente, son dos de los opositores beneficiados con las añoradas tarjetas blancas.

Larramendi tiene planes de impartir clases de inglés en los Estados Unidos y disfrutar un poco de tranquilidad, luego de esta agitada experiencia bajo el totalitarismo. En cambio, León Padrón Azcuy se muestra optimista con relación a su partido político, el cuál según sus palabras deja en buenas manos. Dice que se mantendrá como presidente hasta el momento de subir a la escalerilla del avión, lugar donde hará efectivo el traspaso de mando. Y asegura que desde la otra orilla mantendrá su lucha activa por devolver la democracia a su país. ¿Serán en verdad señales?
beilycorrea@yahoo.com

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