jueves, 25 de junio de 2009

EL TORTURÓMETRO ESTÁ EN VILLA CLARA, Iván Hernández Carrillo


Prisión Guamajal-Hombres, Santa Clara, Villa Clara, 25 de junio de 2009, (SDP) A varios hermanos del presidio político les he explicado que se me hace imposible escuchar los discursos de los principales dirigentes del régimen. La cólera fácil de aducir. Aún evitándolos, reiteradamente los escucho aseverar, entre otras muchas mentiras, la ausencia de torturas y desaparecidos en Cuba.

Al negar la represión, inclusive ponen de ejemplo los sucesos acaecidos en la prisión iraquí de ABUH GRAHIB para demostrar que EE.UU sí recurre a esa abominable práctica.

Reiterar la ausencia de de torturas en su sistema carcelario es una mentira encolerizante para todos los que las sufrimos y la sufrieron en carne propia.

La anterior afirmación la puedo avalar haciendo alusión a las torturas consumadas contra los presos políticos quienes, además de soportar las extremas condiciones de vida en las cárceles , también lidiamos con las golpizas , ataques, amenazas y otras muchas agresiones que nos propinan los uniformados y sus mercenarios.

Pero no necesito las pruebas anteriores para desmentir al presidente del gobierno cubano, general RAUL CASTRO RUZ, cuando conozco crímenes cometidos por sus propias fuerzas represivas y que son tan atroces como los de ABUH GRAHIB.

A principios del año 2006, cuando el escándalo de la susodicha prisión iraquí estaba en su apogeo, llegué a la prisión del “PRE TENSADO”, en Santa Clara. Allí fui testigo ocular de un sin número de abusos y torturas a manos de los principales jefes militares de aquella ergástula: el capitán Delvis López Quesada, Jefe de la prisión, el Teniente Ariel Jovel, el sub-oficial jefe de reeducación, los mellizos Febre y otros conocidísimos personajes de participación muy activa en episodios violentos.

En esta prisión me tropecé con el joven Alexander García Lima, del reparto “José Martí”, en la ciudad de Santa Clara, quien seis meses antes de yo llegar a esta prisión, había sido víctima de una brutal golpiza. Me contó el propio Alexander que todo ocurrió el mismo día 13 de agosto, fecha cuando el ex - gobernante cubano Fidel Castro cumplía sus 79 años de edad. Ese día, recorrió las calles de la prisión con una enorme sábana blanca con un letrero que decía ¡ABAJO FIDEL! Inmediatamente recibió la respuesta violenta y brutal de los principales jefes de la prisión a los que aludí anteriormente. Lo arrastraron por toda la calle a la vista demás reclusos hasta el área que ocupan las celdas de castigo. En este lugar se ensañaron con él, propinándole una fuerte paliza al extremo de hacerle escupir los dientes como le habían prometido, mientras otros lo pateaban. Solo recuerda que perdió el conocimiento.

Esto le provocó contusiones y varias heridas en el rostro y la cabeza, algunas requerían de suturas, pero no le dieron bajo ningún concepto asistencia médica, lo tiraron desmayado en una de esas sucias celdas tapiadas. Sin luz eléctrica ni agua, a merced de la buena de Dios.
No hay que sorprenderse de la impunidad de los militares torturadores. Castro no es bobo, el mismo no proveería al mundo las pruebas en cuanto a la verdadera naturaleza de su régimen. ¡Imagínense los titulares!: Oficiales de las fuerzas represivas castristas castigados por cometer los mismos crímenes de ABUH GHRAIB. No, nunca iba a permitir eso.

Lo que ocurrió fue la desaparición de Alexander. En el argot presidiario, “desaparecer” quiere decir ser trasladado como castigo para una prisión en un recóndito lugar. En este caso, fue a la prisión de máxima severidad de Agüica, en Colón, provincia de Matanzas, a unos 120 kilómetros de distancia de su casa y de su familia.

A modo confidencial y hasta personal, les digo que dudo mucho que el joven Alexander salga con vida de estas prisiones porque su testimonio algún día le podría demostrar al mundo que las torturas forman parte de la represión del régimen al más alto nivel del gobierno castrista, cuestión que no conviene se sepa.

El anterior caso no es el único que conozco. Estos métodos son utilizados con bastante frecuencia por la tiranía. Antes de continuar, quiero darles una explicación que he dado a mis hermanos del presidio político sobre la importancia de escuchar la verborrea de los principales dirigentes del régimen.

Muchos de nosotros escuchamos estos discursos atentamente aunque no los soportemos porque a partir de esta palabrería, surgen las armas de nuestra lucha. Por ejemplo, las Bibliotecas Independientes nacieron tras Castro aseverar ante la prensa nacional y extranjera acreditada en La Habana, allá por el mes de febrero de 1998, que en Cuba no había libros prohibidos. Apoyándose en su afirmación, el matrimonio formado por Bertha Mexidor y Humberto Colas Castillo, secundados por Gisela Delgado Sablón, lograron abrir una brecha de libertad en las mismas garras del tirano. Su trabajo demostró que desde sus mismas mentiras nacen las armas para combatirlos. Como también es verdad, que nos hizo pagar con creces la tamaña osadía a los bibliotecarios independientes, pues cuando le dio la gana, nos metió en la cárcel a cumplir largas condenas.

Hace apenas unos meses, el general de ejército Raúl Castro Ruz, actual presidente, dijo públicamente: “En Cuba no existe un solo caso de torturados ni desaparecidos”. Aún los medios de prensa controlados por el régimen hacen mención a estas elegantes declaraciones como algo inmaculado, puro y casto.

Sin embargo, a solo 270 KM de distancia de él, casi en sus propias narices, dos oficiales de sus cuerpos represivos ponen a prueba la susodicha falta de tortura en el caso del “Negrito de Camajuaní”, como se le conoce al joven Rafael Espinosa Gonzales, de 31 años de edad,
quien se encontraba aislado en una de las celdas de castigo de la prisión de “Guamajal “en Santa Clara y fue víctima de una brutal tortura por los oficiales de esta penitenciaría que responden al nombre de Alexander y el otro por su apellido Osorio. Ellos perpetraron una espeluznante golpiza contra el reo. Según Rafael, la primera fue el 24 de Mayo y el día 26 la repitieron.
“Me golpearon sin razón, ni justificación alguna, porque les caigo mal, me avasallaron y ahora quieren levantarme causa por un delito de atentado, mira como me dejaron, me ocasionaron tres heridas en la cabeza que requirieron 13 puntos de suturas, me fracturaron el antebrazo derecho y me provocaron este hematoma bajo el pómulo del ojo izquierdo”, me refirió.

Igual suerte han corrido otros reclusos en esta penitenciaría como Iván Marrero Muñoz y Erik Morejón Castillo más recientemente, pero no pienso hacer alusión a los mismos, por cuestiones éticas.

Lamentablemente las torturas se han convertido en algo demasiado frecuente, que amenaza con hacerse común. Pudiera evitarse, es por ello que volvemos a nuestra reflexión, una vez más, sobre este peligroso tema al que por desgracia el régimen cubano apoya con el silencio.

Si alguien piensa que lo anterior ocurrió porque unos secuaces de Castro hicieron caso omiso a sus palabras, es un craso error. Lamento decirles que la realidad es otra, los torturadores prefieren seguir una máxima bien racional que dice: “Haz lo que yo hago y no lo que yo digo”.

Raúl Castro es un orador poco locuaz, pero capaz de insertar un sinfín de hermosas palabras en sus discursos, por eso su hacer lo tilda de inexorable. La mejor prueba de ello es la continuidad de esta férrea tiranía que ha llevado a prisión a varios miles de cubanos amantes de la libertad y la democracia. En su discurso en Brasil, cuando admitieron a la tiranía en el Grupo de Río, acotó: “Cuba no tiene nada que cambiar, que cambien otros”.

Por favor, que no pierdan el tiempo los representantes del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, pues en las seis cárceles de máxima de severidad de Villa Clara, se tortura con impunidad y desfachatez. Si desean saber de pateaduras a los reclusos, no hay que ir muy lejos, esto sucede en el centro del país.

Por lo que predican a otros gobernantes, es que el pueblo cubano y los seres de buena voluntad les exigen cero torturas y que cierren el “torturómetro” que tienen en Villa Clara. Que predique con el buen ejemplo y sea flexible, pues los crímenes que hoy se cometen en sus prisiones, no quedarán impunes.
primaveradigital@gmail.com

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