Arroyo Naranjo, La Habana, Junio 18 de 2009, (SDP). Hace apenas siete días, uno de los cinco chulos que representan al consorcio político de Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de Venezuela, realizó una visita relámpago a Cuba. Se trata del presidente boliviano Evo Morales Ayma, quién después de 12 meses, repite su visita de “trabajo” a la Isla.
Muchos se preguntarán, ¿cuál fue el verdadero motivo de la visita de Evo Morales a Cuba? Igual cuestionamiento se habrán hecho con los otros diez mandatarios que han visitado a Cuba desde principio de 2009. Lo digo porque en realidad, el panorama político cubano-boliviano se dibuja con mucha tinta y pocos trazos.
¿Será que en el caso de Morales Ayma, la respuesta esté en liberar un poco de ese estrés acumulado desde el supuesto intento de “magnicidio”, a cargo de una banda de mercenarios internacionales que fue desmantelada el pasado mes de abril, en un céntrico hotel de la ciudad de Santa Cruz?
Como parte de su estrecho periplo por la mayor de las Antillas, el cuál apenas duró 12 horas, incluido charlas con estudiantes universitarios y encuentros a puertas cerradas con Fidel y Raúl Castro, el pibe Morales tuvo tiempo para organizar un juego de Fútbol-Sala.
El choque de fútbol-Sala fue entre miembros de la delegación que acompañaba al presidente de Bolivia y estudiantes de ese país que cursan estudios en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM). El tope tuvo como escenario la sala deportiva Kid Chocolate de la capital cubana, a unos veinte kilómetros del centro de estudios médicos.
Con el número 10 en su casaca y ante un público selecto, compuesto en su mayoría por estudiantes y profesores del ELAM, el pibe Morales colocó dentro de la portería rival tres de los siete goles que le dieron la victoria al once-ejecutivo.
“Soy admirador de Fidel…” “Hemos venido para conversar, escuchar y seguir aprendiendo las formas de cómo servir mejor al pueblo”. Fueron palabras del presidente boliviano, Evo Morales Ayma, durante su conferencia magistral en la Universidad de La Habana, el pasado jueves 11 de junio.
Creo, a mi juicio, que no se trataba de tirar unos cuantos balonazos en el tabloncillo de la Kid Chocolate, aún cuando dudo mucho que en Bolivia pueda hacerlo a tacos sueltos. Morales vino a buscar orientación a la banca verde olivo y de seguro se llevó a su terreno político una nueva estrategia de juego. No olvidemos que desde el 2008, los procesos autonomistas en Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz, buscan descamisar al gabinete indígena que preside el pibe Morales.
De hecho, el juego contra los bisoños de la medicina latinoamericana terminó siete goles por dos a favor del once-ejecutivo. Imagino la marca sobre el pibe Morales cuando éste conectó fácilmente los tres goles.
Ahora está otra vez en casa y tendrá que evitar la tarjeta roja o ir a tiros de penales. La jugada, con magnicidio inventado o no, está apretada. Espero que siga al pie de la letra las orientaciones de la banca verde olivo.
odelinalfonso@yahoo.com
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