Habana Vieja, La Habana, 6 de agosto de 2009, (SDP) Como todos, vine a este mundo sin saber cuál era mi destino. Casi todo el tiempo de mi vida he creído conocer la verdad. Creo que a todos nos ha ocurrido. Pasaron los años y fui conociendo el mundo o creyendo conocerlo. Fue un aprendizaje doloroso y placentero. Tal vez pienso que tengo en mis manos la verdad. Tal vez sigo siendo el hombre equivocado de siempre. Pero es inhumano vivir sin creer que uno tiene la razón o por lo menos una justificación para vivir. No importa que siga equivocado.
Afirmo con todo el compromiso necesario para abordar el tema que me pienso libre aunque tal vez no lo sea por las circunstancias. Vine al mundo a descubrir que existe el derecho a ser libre.
Dentro del microcosmo de mi vida, declaro con absoluto juicio que en los últimos 57 años redescubrí que existe una realidad o un concepto llamado libertad. Descubrí la libertad porque fui un esclavo de las circunstancias. A pesar de las circunstancias, la libertad existe y debemos luchar por alcanzar la mayor porción que ella constituye. Por ello, declaro que la razón de mi vida no sólo ha sido cometer errores y continuar cometiéndolos, sino superarlos, crecer, y comprender qué es lo que más deseo: ser libre.
Aunque jamás alcancé la libertad (porque tal vez la libertad nunca existe para la Humanidad) a partir de ahora siempre me pensaré un hombre libre. Lucharé por la libertad hasta mi último aliento y jamás permitiré que nada ni nadie puedan coartarla (excepto un cartel que advierta –transitoriamente- PELIGRO). La libertad puede existir, existe y debemos luchar por alcanzarla y mantenerla.
ramon597@correodecuba.cu
Afirmo con todo el compromiso necesario para abordar el tema que me pienso libre aunque tal vez no lo sea por las circunstancias. Vine al mundo a descubrir que existe el derecho a ser libre.
Dentro del microcosmo de mi vida, declaro con absoluto juicio que en los últimos 57 años redescubrí que existe una realidad o un concepto llamado libertad. Descubrí la libertad porque fui un esclavo de las circunstancias. A pesar de las circunstancias, la libertad existe y debemos luchar por alcanzar la mayor porción que ella constituye. Por ello, declaro que la razón de mi vida no sólo ha sido cometer errores y continuar cometiéndolos, sino superarlos, crecer, y comprender qué es lo que más deseo: ser libre.
Aunque jamás alcancé la libertad (porque tal vez la libertad nunca existe para la Humanidad) a partir de ahora siempre me pensaré un hombre libre. Lucharé por la libertad hasta mi último aliento y jamás permitiré que nada ni nadie puedan coartarla (excepto un cartel que advierta –transitoriamente- PELIGRO). La libertad puede existir, existe y debemos luchar por alcanzarla y mantenerla.
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