Jaimanitas, La Habana, agosto 6 del 2009, (SDP). Aquí en mi pueblo Jaimanitas, y por toda esta zona noroeste de Ciudad Habana extrañamos tanto el mercado libre campesino que casi estamos a punto de asirnos al refrán popular “Nadie sabe lo que tiene hasta que no lo pierde”.
Realmente muchos de nosotros acostumbrábamos a quejarnos de los altos precios y reclamábamos que fueran más justos, pero al ser eliminados, perdimos la cantidad y diversidad de productos, sin embargo los precios -a excepción de aquellos alimentos que son normados- no son aún los adecuados.
Hemos podido conocer que recientemente se han situado cuotas de kilo-watts a los campesinos que utilizan turbinas eléctricas para el riego de sus cultivos, debido a la situación actual de la producción de electricidad en Cuba.
Jorge Omar Lorenzo Pimienta, presidente del Consejo Nacional por los Derechos Civiles, con residencia en San Antonio de los Baños, ha informado que la cuota de kilo watts establecida no le alcanza a los trabajadores agrícolas para irrigar sus cosechas y si éstos incumplen la norma, inmediatamente le cortan la electricidad.
Al no contar con la cantidad de agua necesaria, los campesinos siembran menos y por lo tanto esta medida conlleva a una nueva disminución de la producción agrícola, desaprovechándose así parte de las tierras.
Sin embargo, las autoridades estatales de la rama agrícola permanecen indiferentes a pesar de que antes de aparecer la crisis actual, los dirigentes del Partido Comunista, el Poder Popular, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, el Ministerio de la Agricultura, etc, exigían a los campesinos aumento acelerado de la producción agrícola y mejor aprovechamiento de las tierras cultivables.
Al parecer, para los dirigentes de estas instituciones lo primero es cumplir con el mandato del momento proveniente de las altas esferas del gobierno que en este caso es el ahorro de electricidad.
Otro factor negativo para la mejoría de la satisfacción de nuestras demandas en este sentido es que constantemente se pierde gran cantidad de productos agrícolas almacenados en los Centros de Acopio ya que no cuentan con transporte ni combustible suficiente para trasladarlos a la Capital, motivo por el cuál éstos pierden la calidad debida. Incluso a veces llegan en estado de putrefacción y no se pueden utilizar para la alimentación humana.
Según Lorenzo Pimienta, algunos de los antiguos dirigentes o administradores de Acopio han sido sustituidos por ex militares que no tienen la experiencia necesaria para esta tarea.
Hasta hace unos meses, los propios productores llevaban la mercancía directamente desde los campos hacia los puntos de venta o empleaban a intermediarios, pero en la actualidad sólo está permitido que ellos lleven los productos a Acopio y éste debe distribuirlos a los mercados.
Sin embargo, en ocasiones, cuando los trabajadores agrícolas que cuentan con los medios de transporte para su trabajo llegan con sus frutos a la entidad establecida para el almacenamiento de los mismos, allí les plantean que no hay espacio suficiente y tienen que regresar con los productos para sus fincas.
En otros casos, los productores esperan un transporte estatal para recoger sus cosechas y éste nunca llega por lo que de igual forma se pierde su trabajo. Esto trae como consecuencia la disminución de la producción por parte de los trabajadores del campo, la no satisfacción de las demandas de frutas y viandas en todas partes del país por igual así como la persistencia de los altos precios para la población.
primaveradigital@gmail.com
Realmente muchos de nosotros acostumbrábamos a quejarnos de los altos precios y reclamábamos que fueran más justos, pero al ser eliminados, perdimos la cantidad y diversidad de productos, sin embargo los precios -a excepción de aquellos alimentos que son normados- no son aún los adecuados.
Hemos podido conocer que recientemente se han situado cuotas de kilo-watts a los campesinos que utilizan turbinas eléctricas para el riego de sus cultivos, debido a la situación actual de la producción de electricidad en Cuba.
Jorge Omar Lorenzo Pimienta, presidente del Consejo Nacional por los Derechos Civiles, con residencia en San Antonio de los Baños, ha informado que la cuota de kilo watts establecida no le alcanza a los trabajadores agrícolas para irrigar sus cosechas y si éstos incumplen la norma, inmediatamente le cortan la electricidad.
Al no contar con la cantidad de agua necesaria, los campesinos siembran menos y por lo tanto esta medida conlleva a una nueva disminución de la producción agrícola, desaprovechándose así parte de las tierras.
Sin embargo, las autoridades estatales de la rama agrícola permanecen indiferentes a pesar de que antes de aparecer la crisis actual, los dirigentes del Partido Comunista, el Poder Popular, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, el Ministerio de la Agricultura, etc, exigían a los campesinos aumento acelerado de la producción agrícola y mejor aprovechamiento de las tierras cultivables.
Al parecer, para los dirigentes de estas instituciones lo primero es cumplir con el mandato del momento proveniente de las altas esferas del gobierno que en este caso es el ahorro de electricidad.
Otro factor negativo para la mejoría de la satisfacción de nuestras demandas en este sentido es que constantemente se pierde gran cantidad de productos agrícolas almacenados en los Centros de Acopio ya que no cuentan con transporte ni combustible suficiente para trasladarlos a la Capital, motivo por el cuál éstos pierden la calidad debida. Incluso a veces llegan en estado de putrefacción y no se pueden utilizar para la alimentación humana.
Según Lorenzo Pimienta, algunos de los antiguos dirigentes o administradores de Acopio han sido sustituidos por ex militares que no tienen la experiencia necesaria para esta tarea.
Hasta hace unos meses, los propios productores llevaban la mercancía directamente desde los campos hacia los puntos de venta o empleaban a intermediarios, pero en la actualidad sólo está permitido que ellos lleven los productos a Acopio y éste debe distribuirlos a los mercados.
Sin embargo, en ocasiones, cuando los trabajadores agrícolas que cuentan con los medios de transporte para su trabajo llegan con sus frutos a la entidad establecida para el almacenamiento de los mismos, allí les plantean que no hay espacio suficiente y tienen que regresar con los productos para sus fincas.
En otros casos, los productores esperan un transporte estatal para recoger sus cosechas y éste nunca llega por lo que de igual forma se pierde su trabajo. Esto trae como consecuencia la disminución de la producción por parte de los trabajadores del campo, la no satisfacción de las demandas de frutas y viandas en todas partes del país por igual así como la persistencia de los altos precios para la población.
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