Lawton, La Habana, 6 de agosto de 2009, (SDP) El Partido Comunista de Cuba, organización política que dirige la vida económica, social y cultural del país, anda en crisis. Fue tocado por la importante porción que le toca de la crisis estructural general a que abocó al país. Por lo pronto, ya se anunció que pospondrá su promocionado y esperado 6to Congreso. El segundo secretario de esta organización y presidente heredero del país, Raúl Castro, lo anunció de forma pública.
Fidel Castro, gobernó el país durante 49 años y algo más, en un estilo personal intraducible para foráneos. Su estilo hizo incurrir en costosos errores a norteamericanos y europeos que trataron inútilmente de comprenderlo o de predecirlo. En memorable ocasión y obligado por circunstancias fuera de su control, explicó el resurgimiento reverdecido de la prostitución en Cuba. Dijo que se trataba de las prostitutas más cultas y mejor preparadas del mundo. Muy cínico pero genial.
Quizás en el momento presente, este mismo Fidel Castro ante la corrupción galopante que recorre el país, y en la que el Partido Comunista o sus miembros, también ocupan el papel central y rector, habría salido del paso igualmente cínico, pero ya no tan genial. Imagino que ante esta nueva circunstancia, lo lógico sería aceptar el carácter corrupto de la organización y de sus miembros. A fin de cuentas, los miembros del Partido Comunista han estado y están representados en todos los grandes episodios de corrupción destapados hasta el momento.
No ha habido negocio sucio, que involucre malversación y lindezas de ese estilo en que no aparezca sindicado algún miembro del Partido Comunista de Cuba. Es probable que Castro ante esta inocultable circunstancia, concluya que los miembros de esta organización son entre los corruptos, los más sacrificados y de mejor historial.
Hipotéticamente, esto que también sería cínico, ya no sería genial. Pero para mantener una posición equilibrada, habría que concederle que sería, cuando menos justo. Quedaría establecida la identidad armónica y perfecta entre las prostitutas cultas de Cuba y los heroicos y corruptos miembros del Partido Comunista. A fin de cuentas, ambos salieron de la misma receta diabólica, cocida en los laboratorios del hombre nuevo.
Los comunistas y de forma muy especial, los castro-comunistas se forman en una asepsia total de valores. En ellos, todo está condicionado por la conveniencia de su organización política o la conveniencia meramente personal. La amistad, las alianzas y los pactos con este segmento humano, son siempre precarios.
Amorales por naturaleza, por formación o por convicción, terminan lo que comienzan con traiciones a esto o aquello. En unos casos, por conveniencias políticas, en otros, por conveniencias personales. El caso es que siempre lo harán.
Todos los medios de prensa se han hecho eco de las más recientes palabras de Raúl Castro. En ellas, afirma no haber sido elegido para restablecer el capitalismo o para terminar con eso que da en llamar revolución. El general con el hábito del partido arraigado en el alma, insiste en decir elegido, donde debió decir escogido. En Cuba, desde hace cincuenta largos años, alguien de dedos huesudos y manos finas, escoge. Nadie elige o es elegido.
Raúl Castro tiene que poner a buen recaudo el poder que heredó. Se dice que el 6to Congreso será el último en que los ‘históricos’, tengan activa participación. Todo parece indicar que una ‘jugada nueva’ está en el aire. Sólo queda esperar por el Gran Entierro.
Quizás, cuando muera o termine de morir Fidel Castro, estemos abocados a una dictadura de nuevo corte. Un PRI a lo cubano con rones y sin tequilas. La panacea que garantice a los castristas, 50 años más. Esta vez sin socialismo real, pero con anti americanismo. La tregua necesaria para lavar el dinero de la ‘familia’, liberar los presos políticos y dar luz verde a actores, previamente tramitados para los nuevos escenarios políticos que vendrán.
¿Tendrá esto que ver con el copro-correo emergente y las más recientes descalificaciones en el espacio opositor?
jgonzafebster@gmail.com
Fidel Castro, gobernó el país durante 49 años y algo más, en un estilo personal intraducible para foráneos. Su estilo hizo incurrir en costosos errores a norteamericanos y europeos que trataron inútilmente de comprenderlo o de predecirlo. En memorable ocasión y obligado por circunstancias fuera de su control, explicó el resurgimiento reverdecido de la prostitución en Cuba. Dijo que se trataba de las prostitutas más cultas y mejor preparadas del mundo. Muy cínico pero genial.
Quizás en el momento presente, este mismo Fidel Castro ante la corrupción galopante que recorre el país, y en la que el Partido Comunista o sus miembros, también ocupan el papel central y rector, habría salido del paso igualmente cínico, pero ya no tan genial. Imagino que ante esta nueva circunstancia, lo lógico sería aceptar el carácter corrupto de la organización y de sus miembros. A fin de cuentas, los miembros del Partido Comunista han estado y están representados en todos los grandes episodios de corrupción destapados hasta el momento.
No ha habido negocio sucio, que involucre malversación y lindezas de ese estilo en que no aparezca sindicado algún miembro del Partido Comunista de Cuba. Es probable que Castro ante esta inocultable circunstancia, concluya que los miembros de esta organización son entre los corruptos, los más sacrificados y de mejor historial.
Hipotéticamente, esto que también sería cínico, ya no sería genial. Pero para mantener una posición equilibrada, habría que concederle que sería, cuando menos justo. Quedaría establecida la identidad armónica y perfecta entre las prostitutas cultas de Cuba y los heroicos y corruptos miembros del Partido Comunista. A fin de cuentas, ambos salieron de la misma receta diabólica, cocida en los laboratorios del hombre nuevo.
Los comunistas y de forma muy especial, los castro-comunistas se forman en una asepsia total de valores. En ellos, todo está condicionado por la conveniencia de su organización política o la conveniencia meramente personal. La amistad, las alianzas y los pactos con este segmento humano, son siempre precarios.
Amorales por naturaleza, por formación o por convicción, terminan lo que comienzan con traiciones a esto o aquello. En unos casos, por conveniencias políticas, en otros, por conveniencias personales. El caso es que siempre lo harán.
Todos los medios de prensa se han hecho eco de las más recientes palabras de Raúl Castro. En ellas, afirma no haber sido elegido para restablecer el capitalismo o para terminar con eso que da en llamar revolución. El general con el hábito del partido arraigado en el alma, insiste en decir elegido, donde debió decir escogido. En Cuba, desde hace cincuenta largos años, alguien de dedos huesudos y manos finas, escoge. Nadie elige o es elegido.
Raúl Castro tiene que poner a buen recaudo el poder que heredó. Se dice que el 6to Congreso será el último en que los ‘históricos’, tengan activa participación. Todo parece indicar que una ‘jugada nueva’ está en el aire. Sólo queda esperar por el Gran Entierro.
Quizás, cuando muera o termine de morir Fidel Castro, estemos abocados a una dictadura de nuevo corte. Un PRI a lo cubano con rones y sin tequilas. La panacea que garantice a los castristas, 50 años más. Esta vez sin socialismo real, pero con anti americanismo. La tregua necesaria para lavar el dinero de la ‘familia’, liberar los presos políticos y dar luz verde a actores, previamente tramitados para los nuevos escenarios políticos que vendrán.
¿Tendrá esto que ver con el copro-correo emergente y las más recientes descalificaciones en el espacio opositor?
jgonzafebster@gmail.com
1 comentario:
Como todos los cubanos, ellos tienen que violar la ley, o se mueren de hambre. Este es un mal precedente para un cuerpo que está supuesto a ser ejemplar. La corrupción es inseparable de la escacez y la necesidad.Ni ellos pueden escapar a eso.
Publicar un comentario