jueves, 9 de abril de 2009

COMO UN CÁNCER, Félix Reyes Gutiérrez


Ranchuelo, Villa Clara, 9 de abril de 2009, (CP-SDP) Desde la segunda quincena de marzo del 2009, autoridades en la provincia de Villa Clara llevan a efecto operativos policiales contra personas que incurren en ilegalidades. Auxiliados de autos militares, carros particulares, vestidos con uniforme color verde oliva o de civil aplican una verdadera “cacería de brujas”.

Según la edición del día 28 de marzo del diario “Vanguardia”, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba en el territorio villaclareño, la campaña está dirigida contra aquellos ciudadanos que comercializan productos agrícolas. Sin embargo, varios de los sancionados en la zona central del país no tocaron nada proveniente del campo.

El hogar de Roberto López Pérez en la calle Dr. Mario González entre Calixto García y Antonio Maceo, en Ranchuelo, fue requisado en búsqueda de botellas de malta. La gendarmería no encontró maltas, pero le incautó 500 películas grabadas en CD y DVD. Por ello fue encerrado tres días y multado.

Damián Águila, alías “El Tuti”, permaneció 72 horas bajo arresto y ahora espera juicio. Los agentes policiales encontraron en su morada, en calle D entre Antonio Maceo y Calixto García, cuatro ventanales de aluminio y 53 planchas de fibrocemento. Le exigieron presentar el documento legal que acreditara la posesión de varios sacos de cemento.

A Jorge Méndez, vecino de la calle Ignacio Agramonte, también en Ranchuelo, le impusieron una multa de 300 pesos por producir refresco de manera clandestina. A su vez, Raúl Pérez tuvo que pagar una multa de 60 pesos y le decomisaron 40 barras de dulce de guayaba por expender el producto en plena vía pública.

Las casas de Elvis Ponce, quien labora como estibador en el Almacén Municipal de Alimentos, Yosvany Chávez y Pablo Pérez, resultaron inspeccionadas por representativos de la PNR. Los efectivos de la fuerza represiva buscaban arroz, frijoles, bebidas alcohólicas y jamón de fabricación casera, pero el intento fue fallido.

Otros pobladores que sufren el acoso de las autoridades son los dedicados a venta de carne de cerdo, ya que el gobierno los obliga a venderles el producto al bajo precio que este fija.

Asimismo los proveedores de confituras o los dedicados a juegos considerados ilícitos como la “bolita” y las peleas de gallos o perros.

Ante los hechos, Mario Bermúdez, conocido popularmente como Mayito, acotó: “La prensa oficial refiere que con estas acciones los autores buscan enriquecerse. Las ilegalidades son como un cáncer a todos los niveles de la sociedad, pero sin el cual el socialismo ya no puede vivir.”

Y agregó: “Las víctimas en las redadas del mercado subterráneo siempre son los cubanos de a pie, aquellos que como empleados del gobierno perciben una remuneración insuficiente y están obligados a enfrentar los altos precios de los mercados estatales. Esas son las razones por las que infringen la ley.”
feregut@yahoo.es

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