jueves, 16 de abril de 2009

LOS CAMBIOS QUE SE VEN, EDITORIAL Nro. 64


Cuba es el espacio de las castas. La sociedad sin clases prometida por los comunistas y su revolución verdeolivo, dio paso al sistema de castas más excluyente que Cuba conoció jamás. Estas se mueven en el espacio cercado, limitado por la exclusión que dicta y mantiene con celo la élite.

Lo peor es que el cáncer hizo metástasis dentro y fuera de Cuba. Se vive entre islas y clases políticas excluyentes entre sí. Nos acercamos a un punto sin retorno posible. Esta parece ser la moraleja que se desprende de la eventual renuncia a los fondos de ayuda para la democratización de la Cuba, promovida por importantes grupo, de la oposición interna cubana.

La medida estaría plenamente justificada. Se dice que el 80% y más de la ayuda norteamericana para la democratización de Cuba, nunca llegó a la Isla ni a los grupos de oposición que tanto la precisan.

Sobre las últimas victorias diplomáticas del régimen castrista, en La Habana y otros lugares, circulan chascarrillos y bromas que abordan una probada incompetencia de los grupos consagrados al cabildeo y la promoción internacional de la causa cubana. Imaginen, gastar tanto dinero en viajes y costosas representaciones para ser derrotados nada más y nada menos que por el ‘talentoso’ y defenestrado Felipe Pérez Roque. Como se dice en Cuba: “¡Parte el alma y desfigura el rostro!”.

En medio de todo esto y como antecedente de la renuncia a los fondos, está la retirada de Marta Beatriz Roque Cabello de la Secretaría Pro Tempore de Agenda para la Transición. De forma paralela, Vladimiro Roca inició lo que en círculos políticos de la Isla ha sido calificado como un repliegue estratégico. Ante lo que muchos percibieron como un vacío de liderato en determinadas estructuras de la oposición interna, Héctor Palacios Ruiz saltó a los primeros planos de dirección en una controvertida Agenda para la Transición y un aletargado Bloque Todos Unidos.

En Cuba, las reacciones a la anunciada renuncia a los fondos de la ayuda norteamericana han sido muy ambivalentes. Muchos grupos y personalidades no parecen tomar en serio la perspectiva de una eventual ausencia de estos fondos. A fin de cuentas, existe el consenso de que estos, nunca llegaron a su destino natural en la Isla. Es relativamente fácil renunciar a lo que no se tuvo y no se tiene certeza de que se tendrá.

Ciertamente en Cuba hay cambios. La duda consiste en discriminar cuáles de ellos son verdaderamente importantes. Los que se ven o los que no.
SDP

1 comentario:

Margarita Garcia Alonso dijo...

les linkeo en el blog. saludos