jueves, 9 de abril de 2009

¿GOBIERNO? José Antonio Fornaris.


Managua, La Habana. Abril 9 de 2009. (SDP) A finales de enero, el ex gobernante Fidel Castro, dijo que sus llamadas “reflexiones” –las reproducen todos los medios oficialistas en la isla-, serían más espaciadas en el tiempo. Ahora escribe hasta dos diarias.

Opinar es un derecho primario. En el mejor de los casos sería pueril coartarle esa posibilidad a una persona. Lo que en este caso llama mucho la atención es lo difícil que le resulta a este ciudadano cumplir lo que promete.

Ha sido así durante decenios. Si se lanza una mirada a su alegato conocido como “La Historia me Absolverá”, de forma rápida se puede observar que olvidó materializar la mayoría de las cosas que la revolución en el poder pondría en práctica.

Luego olvidó hacer elecciones libres y democráticas a los 18 meses de su llegada al poder, como había prometido. Y hasta pasó por alto aquella exclamación suya de “¿Armas para qué?”.

La lista de los olvidos sería interminable, y además: ¿Para qué?

En una de sus más recientes “reflexiones”, regañó con suavidad a los periodistas que están bajo la égida estatal por no ocuparse de señalar los problemas económicos que sufre el mundo y dedicarse sólo a lo que pudiera calificarse en esa temática de detalles superfluos.

¿Pero qué periodista oficialista en la isla se atreve a hacer algo que no le indiquen o que se salga de cánones políticos preestablecidos por la jerarquía del régimen? Ninguno.

Y eso es debido a que en Cuba no hay un gobierno. Existe una élite o casta que establece a su libre albedrío lo que es bueno y lo que es malo, lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer, y hasta quien merece ser cubano y quien no lo es.

Entre ese espanto resalta el hecho de que nadie les ha otorgado esa facultad. La población carece no sólo de derechos cívicos, sino además de la posibilidad de una vida en que las legítimas aspiraciones humanas, en una vertiente de estos tiempos, puedan ser logradas.

La honradez reclama, no se vislumbra otra posibilidad, que un grupo de esas características debe ser sacado del poder para que las amplias mayorías tengan la posibilidad de tratar de, a través de sus potencialidades, materializar sus sueños y esperanzas.

Hace 121 años, José Martí, sentenció: “…quien emplea su conocimiento del ser humano para reducirlo a su servicio, y no para servirle, más culpable es mientras más hábil sea, y debe ser mirado por la nación como un enemigo público”. Es noble mirar la situación cubana a través de ese pensamiento de Martí.
fornarisjo@yahoo.com

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