jueves, 16 de abril de 2009

MALAS INFLUENCIAS, Ramón Díaz-Marzo


Habana Vieja, La Habana, 16 de abril de 2009, (SDP) Salgo de mis calabozos. Bajo por la calle de los Obispos. De repente alguien toca mi hombro. Me vuelvo y contemplo el rostro de un viejo amigo. El amigo quiere saber mi opinión sobre las nuevas medidas que tomará la administración Obama sobre los viajes a Cuba. Le respondo que he salido a tomar un poco de aire fresco para descansar de la política.

- Si quieres te invito a un café doble -digo.

El viejo amigo comprende. Después de beber el exquisito café, dice:

- Si quieres conocer uno de los secretos de la Habana Vieja, sígueme.

Son las 2:00PM y no tengo planes. Por la estrecha calle de Mercaderes llegamos hasta la esquina de Lamparilla.

- Es aquí - dice.

Entramos a una pequeña tienda. Pienso que el lugar es para turistas millonarios. La atmósfera interior es acogedora.

-¡Vámonos de aquí!- le susurro. Pero él, en vez de escucharme, va directamente hacia un mostrador de madera y de un muestrario, también de madera como los que usaban los alquimistas para colocar los tubos de ensayo y donde se exhibían 12 tubos conteniendo cada uno un líquido de determinado color, toma uno y, delante de las empleadas, que tuve a bien mirar que no nos prestaban atención, comienza a tomar muestras del mismo con el dedo índice y untárselo por diferentes partes de la cara y los brazos.

-¿Qué significa esto? - pregunto.

- Es perfume, compadre. Revisa el olor que más te guste. Y 'tócate'. Esto tiene su misterio. Espanta las perturbaciones y las malas influencias.

-¿No hay que pagar?

- Eusebio Leal ha orientado que toda persona que venga a esta tienda tiene derecho a tomar una muestra de los aromas que desee sin que ello lo obligue a comprar.

- Eso será un día - dije.

- No. Siempre que se guarden las reglas del buen comportamiento uno puede venir. Aquí viene la gente del barrio. Yo, por ejemplo, vengo todos los días.

-¿Y las empleadas no se ponen bravas?

- No. Es una recomendación de Eusebio Leal.

Finalmente decido hacer lo mismo, no tanto porque mi amigo lo hace, sino porque durante el tiempo que estoy en la tienda constantemente entran al lugar diferentes personas, miran rápidamente como si fuera la primera vez que vienen, y se lanzan directamente sobre la mesa donde reposan los 12 tubos de ensayo con sus correspondientes aromas. Yo elijo, después de exhalar cada perfume, el aroma de Lavanda.

Las fragancias que se venden son 12. Se fabrican aquí mismo, en un pequeño laboratorio de la trastienda. No necesitan, para su preparación, la química que en nuestros días utiliza el negocio de los cosméticos. Y su precio es más económico que las marcas que actualmente venden las shopping estatales.

El preparado natural de estas esencias era el que usaban las damas y los caballeros a fines del siglo XVIII, en la época de Don Luis de las Casas, el mejor gobernante que tuvo la isla durante la dominación española. Finalmente comprendo el sentido implícito del nombre del establecimiento: Habana 1791.

Las perfumistas que atienden al público son Licenciadas en Química, y son también las que preparan los aromas en el pequeño laboratorio que puede visitarse como museo.

A continuación les ofrezco el nombre de estas fragancias, su color, y el día de la semana que, según la costumbre del siglo XlX, las damas y los caballeros usaban:

1-Sandalo (amarillo-dorado) Viernes
2-Jazmin (amarillo-claro) Lunes
3-Rosa (rosado-intenso o claro) Martes
4-Violeta (violeta) Sábado
5-Azahar (amarillo-claro) Lunes
6-Tabaco (carmelita-verdoso)... cualquier día de la semana
7-Pachuli (verde) Jueves
8-Lavanda (azul) Domingo
9-Vetiver (verde) Jueves
10-Citrica (verde-narajo) Jueves
11-Ilang-Ilang (ocre) Lunes
12-Lila- (morado-claro) es la fragancia de la ofrenda

Las esencias se despachan en pomos de vidrio soplado que tienen forma piramidal; los hay de diferentes tamaños y son importados desde España. También se importa desde España el aceite que se necesita para el preparado de las fragancias. Cuando inquirimos sobre por qué en Cuba ese aceite no se fabrica, nos explican que para obtener, por ejemplo, un kilogramo de aceite esencial de rosa, se necesitan 2 toneladas de pétalos de rosas, y en la Isla la siembra de flores a mayor escala nunca ha sido una tradición nacional.

El tamaño del pomo que el cliente elija es colocado dentro de una graciosa bolsa de lienzo que tiene impresos, imitando la época, lo que sigue:

AROMAS COLONIALES
DE LA ISLA DE CUBA
Calle de Mercaderes #156,
entre Obrapía y Lamparilla.

Confieso que mi preocupación por quedarme bruja no me permitió gastar 10 convertibles, que es el pomo más barato. Pero ese mismo día, en una boutique del Estado, compré un frasquito de perfume al precio de 1.50 CUC. Hace años que no uso perfume. Ahora, antes de salir a la calle, me doy un toque en las manos. Uno anda por ahí, saludando con estrechones de manos a cualquiera, y el perfume tal vez funcione como pared que detenga las malas influencias.
ramon597@correodecuba.cu

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