Jaimanitas, La Habana, abril 9 de 2009, (SDP) Con el descenso de Fidel Castro de Comandante en jefe y la ascensión de Barack Obama a presidente de los Estados Unidos, comenzó una nueva etapa de la historia en la mayor de las Antillas.
Se impone entonces por parte de su disidencia, la revisión de causas y efectos para entonar con los tiempos modernos. Echar mano a nuevas medidas organizativas para la etapa post 2009.
50 años han servido para surgir, fortalecer y refrendar una oposición contra el gobierno comunista. Alguna vez se recogerá la historia completa. Hoy vivimos un capítulo intermedio sumamente importante, donde ocurre el quebranto del dictador cuando lo sorprende una enfermedad repentina que da al traste con su presencia absoluta. Su hermano menor, tras un acuerdo previo que databa del mismo 1959, se inviste con las herramientas requeridas para continuar la dictadura, su traje de general, un séquito de militares incondicionales atornillando el engranaje que los provee y fortifica y una insaciable sed de agradar.
A la oposición de este minuto en Cuba la encabezan líderes históricos, economistas, politólogos, que conocieron en 50 años todo tipo de penurias en las mazmorras o en el aislamiento social, tiempo suficiente para formar los pasos a seguir en busca del derrocamiento de la tiranía. Pero cargan a cuesta un pesado lastre donde se incuba el cansancio, el fantasma del escepticismo, la decadencia. La acompaña en esta lucha un grupo disidente de última generación, con visión dinámica y desprejuiciada, que modernizan un tanto la diversidad, caldo de cultivo para la transparencia.
Es por eso que se exige la revisión. Algunos periodistas independientes haciendo uso de su derecho a tomar partido en el tema han vertido su opinión personal. Juan González Febles lo llama armar el rompecabezas. Luís Cino, al referirse al desajuste métrico que impera dentro del núcleo que enrumba en estos instantes a la oposición, nos referimos a la Agenda, fue más poético: tropezar de nuevo con la misma piedra. Miguel Iturria Savón se detiene en una regla filosófica: el poder de convocatoria de sus líderes, y toma respiro ante lo que él llama crecer. Otros que no quieren tocar el tema, lo hacen de todas formas cuando comentan que la política debemos dejársela a los políticos, algo cierto como sentencia, aunque debe interesarnos soberanamente quienes van a incidir en nuestros destinos, por eso la palabra “independientes”.
En el diccionario también aparecen las palabras elección, libertad, pureza, son colocadas allí precisamente para conocerlas, utilizarlas. Revelan los significados de hechos concretos descubiertos y moldeados por el hombre en su andar milenario.
Hoy, nombres de opositores se barajan a la hora de la necesaria moderación, del arte de organizar, de dirigir. Son ejemplos de la constancia en la lucha contra la dictadura. Muestran la valentía y el decoro como atributos, el aval de entregar la vida a cambio del respeto a la dignidad, ya sea mediante decenas de años tras las rejas, en huelgas de hambre, o escribiendo tenazmente como albaceas de los derechos humanos.
Francisco Chaviano González, un líder sin miedo, que no ha cejado al chantaje ni a ningún tipo de atropello, listo para asumir tareas mayores, crecido en las filas de la Unidad Liberal de la República de Cuba a la luz de Héctor Palacios Ruiz, junto al Coco Fariñas, ejemplo de incólume postura, Gómez Manzano, estudioso de la lucha social, Bonne y Antúnez, pudieran ser algunas de las aristas del pentágono que constituye la secretaría pro tempore de cinco plazas que conforman el timón de la Agenda.
La Agenda para la Transición hoy más que nunca debe existir y persistir. Sacudirse el polvo del camino, abrir las puertas a la diversidad, que repito, es la transparencia que el pueblo cubano exige, y seguir adelante arrastrando tras ella a toda la disidencia y a los que se sumarán por “efecto espontáneo”, esa ley natural que siempre se cumple en los procesos políticos cuando llega “la hora de los hornos y solo se ha de ver la luz”.
beilycorrea@yahoo.es
Se impone entonces por parte de su disidencia, la revisión de causas y efectos para entonar con los tiempos modernos. Echar mano a nuevas medidas organizativas para la etapa post 2009.
50 años han servido para surgir, fortalecer y refrendar una oposición contra el gobierno comunista. Alguna vez se recogerá la historia completa. Hoy vivimos un capítulo intermedio sumamente importante, donde ocurre el quebranto del dictador cuando lo sorprende una enfermedad repentina que da al traste con su presencia absoluta. Su hermano menor, tras un acuerdo previo que databa del mismo 1959, se inviste con las herramientas requeridas para continuar la dictadura, su traje de general, un séquito de militares incondicionales atornillando el engranaje que los provee y fortifica y una insaciable sed de agradar.
A la oposición de este minuto en Cuba la encabezan líderes históricos, economistas, politólogos, que conocieron en 50 años todo tipo de penurias en las mazmorras o en el aislamiento social, tiempo suficiente para formar los pasos a seguir en busca del derrocamiento de la tiranía. Pero cargan a cuesta un pesado lastre donde se incuba el cansancio, el fantasma del escepticismo, la decadencia. La acompaña en esta lucha un grupo disidente de última generación, con visión dinámica y desprejuiciada, que modernizan un tanto la diversidad, caldo de cultivo para la transparencia.
Es por eso que se exige la revisión. Algunos periodistas independientes haciendo uso de su derecho a tomar partido en el tema han vertido su opinión personal. Juan González Febles lo llama armar el rompecabezas. Luís Cino, al referirse al desajuste métrico que impera dentro del núcleo que enrumba en estos instantes a la oposición, nos referimos a la Agenda, fue más poético: tropezar de nuevo con la misma piedra. Miguel Iturria Savón se detiene en una regla filosófica: el poder de convocatoria de sus líderes, y toma respiro ante lo que él llama crecer. Otros que no quieren tocar el tema, lo hacen de todas formas cuando comentan que la política debemos dejársela a los políticos, algo cierto como sentencia, aunque debe interesarnos soberanamente quienes van a incidir en nuestros destinos, por eso la palabra “independientes”.
En el diccionario también aparecen las palabras elección, libertad, pureza, son colocadas allí precisamente para conocerlas, utilizarlas. Revelan los significados de hechos concretos descubiertos y moldeados por el hombre en su andar milenario.
Hoy, nombres de opositores se barajan a la hora de la necesaria moderación, del arte de organizar, de dirigir. Son ejemplos de la constancia en la lucha contra la dictadura. Muestran la valentía y el decoro como atributos, el aval de entregar la vida a cambio del respeto a la dignidad, ya sea mediante decenas de años tras las rejas, en huelgas de hambre, o escribiendo tenazmente como albaceas de los derechos humanos.
Francisco Chaviano González, un líder sin miedo, que no ha cejado al chantaje ni a ningún tipo de atropello, listo para asumir tareas mayores, crecido en las filas de la Unidad Liberal de la República de Cuba a la luz de Héctor Palacios Ruiz, junto al Coco Fariñas, ejemplo de incólume postura, Gómez Manzano, estudioso de la lucha social, Bonne y Antúnez, pudieran ser algunas de las aristas del pentágono que constituye la secretaría pro tempore de cinco plazas que conforman el timón de la Agenda.
La Agenda para la Transición hoy más que nunca debe existir y persistir. Sacudirse el polvo del camino, abrir las puertas a la diversidad, que repito, es la transparencia que el pueblo cubano exige, y seguir adelante arrastrando tras ella a toda la disidencia y a los que se sumarán por “efecto espontáneo”, esa ley natural que siempre se cumple en los procesos políticos cuando llega “la hora de los hornos y solo se ha de ver la luz”.
beilycorrea@yahoo.es
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