Santa Clara, Villa Clara, abril 23 de 2009 (SDP) Los cubanos son desinformados a priori por los órganos mediáticos del régimen. Eso los fuerza a descifrar las informaciones provenientes de las esferas oficiales. Es por ello que al Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) también le dicen Departamento de (Des) Orientación Revolucionaria.
En un sospechoso titular del periódico Granma, fechado el martes 7 de abril del 2009, se lee: “Sostiene Raúl encuentro con miembros del Caucus Negro del Congreso de los Estados Unidos”. La suspicacia emerge tras la defenestración de cerca de 15 altos cargos castristas a inicios de marzo de este año. Es el contenido del último párrafo lo que se transformó en fuente de desconfianzas, porque no apareció el nombre de un importante dirigente cubano entre quienes acompañaron a Raúl. Surgieron las dudas si también este peje bien gordo fidelista está o no a punto de ser eliminado por el nuevo equipo de gobierno.
Para decir que en Cuba no existe desde el propósito gubernamental el flagelo del racismo, hace más de 50 años se nombró como el tercer hombre al mando de la Revolución Cubana a Juan Almeida Bosque.
Una cosa es que así se afirme que no hay racismo y otra bien distinta es que lo expresado sea cierto.
No obstante, esta ha sido la estructura pública durante varias décadas de la nomenclatura socialista de la isla, o sea Fidel Castro, seguido de su hermano Raúl y después Juan Almeida. Tras este Comandante de Revolución de raza negra como tercer hombre a bordo han estado Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías.
Siempre que se recibe a un grupo de personalidades políticas extranjeras del continente africano o de algún país del mundo donde predomine la raza negra, Almeida Bosque siempre estuvo presente de oficio. Este distinguido con el cuasi exclusivo grado honorífico de Comandante de Revolución, no puede faltar cuando de negros se trata.
Pero Almeida ha desaparecido de los escenarios de una manera paulatina. El propio Comandante en Jefe se ha encargado de informar que se encuentra bastante enfermo. En realidad, respecto a Juan Almeida Bosque, solo se sabe sobre él cuando los nuevos embajadores presentan sus cartas credenciales.
La desaparición de Almeida empujó a la palestra política a otro dirigente de color más negro en clara sustitución de este. Se trató de Esteban Lazo Hernández, quien es hasta miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Simplemente por un problema de representatividad cambiaron a un negro por otro.
Sin embargo, cuando se escruta detenidamente a la más rancia dirigencia comunista cubana, el observador se percata que Lazo Hernández se ubica en el segmento de los castristas-fidelistas. “El Mono Lazo, como se le conoce a nivel popular, es sin lugar a dudas un hombre de Fidel Castro.
Privilegiados hoy, entre quienes son acuñados como castristas-raulistas, los de mayor edad provienen de las filas del Segundo Frente Oriental “Frank País” y los más lozanos del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Estos son los que se arriesgaron a seguir a Raúl y su organización. Ahora recogen los frutos de su temeridad.
Ese párrafo final de la noticia de marras dice: “Estuvieron presentes los miembros del Buró Político Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y Pedro Sáez Montejo, Primer Secretario del Comité Provincial del Partido en Ciudad de La Habana…….”.
Si fueron recibidos unos negros importantes y representativos del mismísimo Congreso de los Estados Unidos de América, a falta de Almeida debió estar Esteban Lazo. Pero el negro presentado fue Pedro Sáez Montejo, un ex – comisario político de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y raulista marcado con hierro caliente.
Cubanos recelosos han tratado de comprender entre líneas el final de los párrafos de la descripción del encuentro de Raúl y los congresistas. La fascinación por “La Teoría del Rumor” entre compatriotas ávidos de conocer la verdad, es resumida en una frase: ¡El Negro Lazo también está en capilla ardiente!
cocofari62@yahoo.com
En un sospechoso titular del periódico Granma, fechado el martes 7 de abril del 2009, se lee: “Sostiene Raúl encuentro con miembros del Caucus Negro del Congreso de los Estados Unidos”. La suspicacia emerge tras la defenestración de cerca de 15 altos cargos castristas a inicios de marzo de este año. Es el contenido del último párrafo lo que se transformó en fuente de desconfianzas, porque no apareció el nombre de un importante dirigente cubano entre quienes acompañaron a Raúl. Surgieron las dudas si también este peje bien gordo fidelista está o no a punto de ser eliminado por el nuevo equipo de gobierno.
Para decir que en Cuba no existe desde el propósito gubernamental el flagelo del racismo, hace más de 50 años se nombró como el tercer hombre al mando de la Revolución Cubana a Juan Almeida Bosque.
Una cosa es que así se afirme que no hay racismo y otra bien distinta es que lo expresado sea cierto.
No obstante, esta ha sido la estructura pública durante varias décadas de la nomenclatura socialista de la isla, o sea Fidel Castro, seguido de su hermano Raúl y después Juan Almeida. Tras este Comandante de Revolución de raza negra como tercer hombre a bordo han estado Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías.
Siempre que se recibe a un grupo de personalidades políticas extranjeras del continente africano o de algún país del mundo donde predomine la raza negra, Almeida Bosque siempre estuvo presente de oficio. Este distinguido con el cuasi exclusivo grado honorífico de Comandante de Revolución, no puede faltar cuando de negros se trata.
Pero Almeida ha desaparecido de los escenarios de una manera paulatina. El propio Comandante en Jefe se ha encargado de informar que se encuentra bastante enfermo. En realidad, respecto a Juan Almeida Bosque, solo se sabe sobre él cuando los nuevos embajadores presentan sus cartas credenciales.
La desaparición de Almeida empujó a la palestra política a otro dirigente de color más negro en clara sustitución de este. Se trató de Esteban Lazo Hernández, quien es hasta miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Simplemente por un problema de representatividad cambiaron a un negro por otro.
Sin embargo, cuando se escruta detenidamente a la más rancia dirigencia comunista cubana, el observador se percata que Lazo Hernández se ubica en el segmento de los castristas-fidelistas. “El Mono Lazo, como se le conoce a nivel popular, es sin lugar a dudas un hombre de Fidel Castro.
Privilegiados hoy, entre quienes son acuñados como castristas-raulistas, los de mayor edad provienen de las filas del Segundo Frente Oriental “Frank País” y los más lozanos del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Estos son los que se arriesgaron a seguir a Raúl y su organización. Ahora recogen los frutos de su temeridad.
Ese párrafo final de la noticia de marras dice: “Estuvieron presentes los miembros del Buró Político Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y Pedro Sáez Montejo, Primer Secretario del Comité Provincial del Partido en Ciudad de La Habana…….”.
Si fueron recibidos unos negros importantes y representativos del mismísimo Congreso de los Estados Unidos de América, a falta de Almeida debió estar Esteban Lazo. Pero el negro presentado fue Pedro Sáez Montejo, un ex – comisario político de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y raulista marcado con hierro caliente.
Cubanos recelosos han tratado de comprender entre líneas el final de los párrafos de la descripción del encuentro de Raúl y los congresistas. La fascinación por “La Teoría del Rumor” entre compatriotas ávidos de conocer la verdad, es resumida en una frase: ¡El Negro Lazo también está en capilla ardiente!
cocofari62@yahoo.com
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