Arroyo Naranjo, La Habana, abril 23 de 2009, (SDP). El diálogo con Estados Unidos que se cierne ante la reestructurada administración de Raúl Castro es el clásico “llanto de luna”. Así se titula una de las canciones del interprete y compositor Pacho Alonso. ..“Cómo borrar esta larga tristeza que deja tu adiós”, dice la melodía.
Revertir el estado de las relaciones bilaterales entre Cuba y EEUU, de eso se trata. Al menos, es lo que dicen.
Pero en lo que se prepara la mesa protocolar y se advierte desde la parte insular la no ingerencia en sus asuntos internos, la Alternativa Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América lleva a cabo los III Juegos del ALBA.
Más de 2 mil 300 atletas, procedentes de 26 naciones, se dieron cita en La Habana, sede de los III Juegos. Delegaciones de Puerto Rico, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Chile, Venezuela, Perú, México, Panamá, Haití, Francia, Alemania, Canadá, Kazajstán, Sri Lanka y otros, compiten en las 34 disciplinas deportivas de la justa, cuatro de estas en exhibición.
Se debate en forum o cumbres extraordinarias, la crisis económica mundial que tiene su epicentro en el gigante del Norte (EEUU). Dicen que en mayor o menor medida, afecta o afectará a cada uno de los gobiernos latinoamericanos. Sin embargo, Cuba asume la carga económica y política de un certamen con escaso nivel deportivo y participación de público.
La propia Ministra de Deportes de Venezuela, Victoria Mata, declaró a Prensa Latina que la élite de esgrimistas y nadadores venezolanos no estará en La Habana “porque lamentablemente estudian y entrenan en Estados Unidos y Europa”. Esta vez Venezuela, sede y primer lugar del medallero en la segunda cita del ALBA, participa con el 80% de su reserva deportiva.
La capital isleña habilitó alrededor de 14 instalaciones para los III Juegos del ALBA. En lo que va de certamen, la asistencia de público a estos escenarios deportivos apenas cubre el 10 % de su capacidad.
Además de los III Juegos del ALBA, Cuba celebra sus campeonatos nacionales de béisbol y fútbol, gasto que corre por el Instituto Nacional del Deporte, Educación Física y Recreación (INDER).
Es probable que el fútbol rugby o la apnea, deportes en exhibición en la tercera cita del ALBA, generen alguna expectativa en la afición cubana. Ahora la atención se dirige a otro escenario, el match sobre la mesa de negociaciones entre Raúl Castro y Barack Obama.
Parece que aquella idea de cambiar soberanía por dictadura latinoamericana, expuesta por el ex canciller cubano Felipe Pérez Roque en las Naciones Unidas, sigue mascándose.
Cuba debe asumir los III Juegos del ALBA como el preámbulo de los Juegos Bolivarianos 2009, a celebrarse en Sucre, Venezuela. Un compromiso a regañadientes con el patrocinador de la Alternativa Bolivariana, Hugo Chávez Frías.
Quizás la afición cubana esté esperando el cambio del peso cubano por el Sucre, moneda en proyecto por el ALBA, para copar los estadios en la próxima cita. Así ratificaría el clásico “Llanto de luna”, a lo bolivariano.
Eso es Cuba, “Sombra de pena, silencio y olvido que tiene mi hoy”, lo dijo Pacho Alonso. No hay otra melodía posible, por ahora.
odelinalfonso@yahoo.com
Revertir el estado de las relaciones bilaterales entre Cuba y EEUU, de eso se trata. Al menos, es lo que dicen.
Pero en lo que se prepara la mesa protocolar y se advierte desde la parte insular la no ingerencia en sus asuntos internos, la Alternativa Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América lleva a cabo los III Juegos del ALBA.
Más de 2 mil 300 atletas, procedentes de 26 naciones, se dieron cita en La Habana, sede de los III Juegos. Delegaciones de Puerto Rico, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Chile, Venezuela, Perú, México, Panamá, Haití, Francia, Alemania, Canadá, Kazajstán, Sri Lanka y otros, compiten en las 34 disciplinas deportivas de la justa, cuatro de estas en exhibición.
Se debate en forum o cumbres extraordinarias, la crisis económica mundial que tiene su epicentro en el gigante del Norte (EEUU). Dicen que en mayor o menor medida, afecta o afectará a cada uno de los gobiernos latinoamericanos. Sin embargo, Cuba asume la carga económica y política de un certamen con escaso nivel deportivo y participación de público.
La propia Ministra de Deportes de Venezuela, Victoria Mata, declaró a Prensa Latina que la élite de esgrimistas y nadadores venezolanos no estará en La Habana “porque lamentablemente estudian y entrenan en Estados Unidos y Europa”. Esta vez Venezuela, sede y primer lugar del medallero en la segunda cita del ALBA, participa con el 80% de su reserva deportiva.
La capital isleña habilitó alrededor de 14 instalaciones para los III Juegos del ALBA. En lo que va de certamen, la asistencia de público a estos escenarios deportivos apenas cubre el 10 % de su capacidad.
Además de los III Juegos del ALBA, Cuba celebra sus campeonatos nacionales de béisbol y fútbol, gasto que corre por el Instituto Nacional del Deporte, Educación Física y Recreación (INDER).
Es probable que el fútbol rugby o la apnea, deportes en exhibición en la tercera cita del ALBA, generen alguna expectativa en la afición cubana. Ahora la atención se dirige a otro escenario, el match sobre la mesa de negociaciones entre Raúl Castro y Barack Obama.
Parece que aquella idea de cambiar soberanía por dictadura latinoamericana, expuesta por el ex canciller cubano Felipe Pérez Roque en las Naciones Unidas, sigue mascándose.
Cuba debe asumir los III Juegos del ALBA como el preámbulo de los Juegos Bolivarianos 2009, a celebrarse en Sucre, Venezuela. Un compromiso a regañadientes con el patrocinador de la Alternativa Bolivariana, Hugo Chávez Frías.
Quizás la afición cubana esté esperando el cambio del peso cubano por el Sucre, moneda en proyecto por el ALBA, para copar los estadios en la próxima cita. Así ratificaría el clásico “Llanto de luna”, a lo bolivariano.
Eso es Cuba, “Sombra de pena, silencio y olvido que tiene mi hoy”, lo dijo Pacho Alonso. No hay otra melodía posible, por ahora.
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