jueves, 4 de junio de 2009

ABUSO Y PATENTE DE CORSO, Carlos Ríos Otero.



Santo Suárez, La Habana, mayo 28 de 2009 (SDP) La Sra. Juliana Martínez Álvarez, de 48 años de edad, reside en un humilde hogar, en Correa # 208 apartamento B, en Santo Suarez, La Habana. Acumula más de diez años en la construcción de obras sociales, iniciadas en 1986, por un llamado del Gobierno y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), para la construcción de “la capital más bella de América Latina”.

Como constructora y maestra de obras, participó en la ejecución de más de 100 obras, de ellas, 54 círculos infantiles y decenas de consultorios del médico de la familia.
Estuvo un año en labores agrícolas en apoyo del Plan Alimentario (Plan 19 de Abril). Un tractor la golpeó, afectándole la columna vertebral. Padece sacro-lumbago y artrosis.
Trabajó dos años en la remodelación de la Villa Panamericana, sede de los Juegos Panamericanos de 1991. Convocada por Fidel Castro, fue calificada como “obra de choque del Comandante en Jefe.”

En días recientes, Juliana Martínez recibió la visita de la dirección de Vivienda para imponerle una multa de 2 500 pesos por instalar un fregadero.

Las promesas de entregarle una casa por los años trabajados en el plan constructivo del Gobierno, todo fue una gran mentira. Vive en una casucha deteriorada. Además, el Gobierno no le asigna materiales ni crédito para atemperar el arruinado hogar. Recibe una chequera de 167 pesos mensuales (unos 7 CUC). Un saco de cemento cuesta 6,50 CUC en la red comercial del Gobierno.

En 1989 escribió al Vicepresidente Juan Almeida Bosque para que influyera en su ayuda. Sólo en 1992 recibió respuesta del Consejo de Estado. Le respondieron que su problema fue trasladado al Gobierno del municipio Diez de Octubre, donde ella reside.

Sin embargo, Juliana está rodeada en la barriada de oficiales del MININT, que han ejecutado reparación capital en sus mansiones, valoradas en inversiones de al menos 100 mil dólares.

González, que vive en la esquina de San Indalecio y San Bernardino, descarga camiones de materiales de las obras de choque, los revende y “regala a vecinos”. Pena, en Correa # 168, desvió áridos, equipos y hombres del policlínico de fisioterapia de la calle Encarnación, único de los 45 asignados al plan de Ciudad Habana que no finalizó su ejecución. El caso de Covela, que vive en Correa # 215, desde la empresa Rastro Nacionales, ídem al caso de Pena.

También, en San Bernardino y Durege, otro oficial ejecutó la reparación capital de su mansión. Dos oficiales, vecinos de Mangos y Marqués de la Torre, remodelaron sendas casas con piedra de Jaimanitas.

Castro, en noviembre del 2005 en la Universidad de La Habana, se refirió a la corrupción de los funcionarios, que advirtió “destruirá a la revolución.” Los cubanos valoran que fue un alegato demagógico.
En Correa # 202 viven los vecinos del Castillito. La Dirección de la Vivienda de Diez Octubre, trata de desalojarlos por un supuesto gasto financiero y de materiales constructivo injustificable. El caso Castillito se ventiló por la periodista Amarilis C. Rey en el periódico La Primavera de Cuba, de marzo de 2009. Sin embargo, la Dirección de Vivienda no se “entera” de los casos mencionados que son del dominio público. Incluso, Covela y González fueron acusados por vecinos y nunca se procedió contra los transgresores. Los infractores siempre presentan documentos “legales” que amparan sus mega reparaciones.
cubano2000cisd@yahoo.es

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