jueves, 4 de junio de 2009

NI CAPITALISMO NI SOCIALISMO, DERECHOS HUMANOS, Moisés Leonardo Rodríguez



La Habana, mayo 4 de 2009. (SDP) Los problemas que afronta la humanidad no tendrán solución en ningún rincón de la Tierra, ni en ella como totalidad, mientras se aborden desde ópticas ideológicas o político-partidistas, sino cuando se haga con base en la concepción de los derechos humanos y las libertades fundamentales internacionalmente reconocidas.

La falacia de que factores exógenos son los determinantes de la pobreza, las desigualdades extremas y otros males en los países latinoamericanos y otros tercermundistas, no es sustentable a partir de los enormes recursos naturales y las inutilizadas ventajas comparativas que poseen en la casi totalidad de los casos.

Las causas están en ellos mismos. La corrupción generalizada, el atropello de los derechos de todos para favorecer a grupos de poder político y económico, partidos políticos con objetivos y estrategias para la toma y el mantenimiento del poder y no para el servicio público, la ausencia de financiamiento a los pobres para iniciar empresas privadas…Todo ello, acompañado de inmadurez cívica y gran debilidad o inexistencia de instituciones de la sociedad civil.

Ninguna idea preconcebida, nada de políticas económicamente ni socialmente destructivas. Pragmatismo sin más barreras que las que imponen el respeto al derecho de todos y cada uno de los seres humanos. He ahí el camino por andar.

Demuestra estar a tono con los signos de los tiempos el presidente Barak Obama al afirmar en la Cumbre de las Américas “Esto no es un asunto abstracto o de debate ideológico. Esto es una cuestión de si estamos o no de manera concreta mejorando la vida de nuestros ciudadanos”. Solo falta consecuencia entre discurso y hechos.

Ningún gobernante que participó en dicha Cumbre se manifestó contrario a esta idea básica. Es necesario que la tomen como suya los que ahora han hecho de la política, pedestal de estéril cacareo bajo el nombre de batalla de ideas o de socialismo del siglo XXI. A estos hay que repetirles la pregunta martiana “¿A qué palabras en tiempos de hechos?”.

Solución a sus problemas requieren los necesitados, no alardes de elegidos por no se sabe quien, que hablan y escriben interminablemente sobre todo y sobre todos, mientras las naciones que someten se desmoronan bajo sus caprichos.

De las palabras a los hechos. Ese es el camino único que indican la justicia, la razón y el derecho. Lo demás es demagogia y populismo practicados por los herederos del fracasado socialismo real, que es hastío desbordante.
corrientemartiana2004@yahoo.com

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