jueves, 2 de abril de 2009

ADIOS AL II CLÁSICO MUNDIAL, Pablo Pacheco Ávila


Prisión Provincial Canaletas, Ciego de Ávila, 2 de abril de 2009, (SDP) Cerró sus cortinas el II Clásico Mundial de beisbol y dejó un dulce sabor asiático. Como siempre sucede en el deporte, sólo podía haber un campeón. Japón demostró categóricamente que hoy es el mejor equipo del mundo. Dejó en el camino a fuertes rivales como Cuba, Corea del Sur y Estados Unidos.

Para comprender el desarrollo de Asia en el deporte de las bolas y los strikes, podría destacarse que las únicas derrotas sufridas por Japón y Corea del Sur, fueron entre ellos. Aplastaron a sus contrarios en América. Sus bateadores tienen un tacto increíble, que casi siempre combinan con la rapidez de sus corredores. A esto, agréguese una defensa hermética y una máquina de pitcheo que impresiona por su control y sus bolas rápidas.

Si alguien pregunta, cual es la mayor virtud de los asiáticos, diría que es el alto grado de concentración que alcanzan sus jugadores. Sin menospreciar la disciplina que los caracteriza.

Los dos clásicos mundiales de beisbol celebrados, son un aliciente para los que amamos la pelota. Espero que los dirigentes del Comité Olímpico Internacional (COI) analicen de forma minuciosa las cláusulas que eliminaron el beisbol del calendario olímpico. El último evento demostró que esta disciplina es seguida por millones a lo largo del planeta. Todos los deportes sufren del subdesarrollo presente en África.

Este evento demostró que las novenas no se conforman sino con el primer lugar. Estar entre los primeros 16 del mundo es una buena marca. Ganó Japón y ganó el beisbol. Ganamos todos los que visitamos por 18 días el apasionante mundo del beisbol. Pienso que estamos ante una nueva hegemonía en la pelota: Japón. Para ellos, felicidades.
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