jueves, 2 de abril de 2009

CONDICIONES PARA EL CAMBIO A GOLPE DE IGNORANCIA Y EXCLUSIÓN, Laritza Diversent



Calvario, La Habana, 2 de abril, 2009, (SDP) Es evidente que se desarrolla una nueva estrategia en la política internacional con respecto a Cuba. El reestablecimiento del dialogo político con la Unión Europea y las relaciones diplomáticas con países de América latina dan fe de ello.

No me parece que el cambio sea fruto del trabajo de los comités internacionales de solidaridad con la Revolución Cubana. No es casualidad que se produjeran después de la salida del poder, del exmandatario Fidel Castro.

Se unen a la nueva estrategia, las enmiendas sobre Cuba que firmó el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. El levantamiento de las restricciones de 2003 constituye un alivio para los cubanos de adentro y de afuera. Por lo que representa en cambio acerca de la política de ese país hacia la isla.

Los países latinoamericanos también demandan el fin de las sanciones de Estados Unidos y el regreso de La Habana a foros mundiales.

Lo que es difícil de entender, es la dirección que toma el dialogo con el viejo continente. La Comisaría Europea de Relaciones Exteriores Benita Ferrero-Waldner, afirmó que la Unión mantiene un compromiso con Cuba de cara a la evolución de sus relaciones, aunque espera ver pasos hacia una mayor democracia y el desarrollo de un estado de derecho

Hay que reconocer que el gobierno de Raúl Castro ha dado pasos para salir del aislamiento internacional en que sumergió el país, su predecesor. Pero los cambios exteriores aun son imperceptibles para los cubanos. No se han traducido en mejoría para nosotros. Las políticas internas siguen siendo las mismas e incluso peores.

Sin embargo, el mediador entre el gobierno cubano y la Unión, el comisario Louis Michel, tiene la esperanza de que el viejo continente evalúe “un nuevo marco de condiciones optimas para continuar el diálogo” y modificar la posición común.

Por su parte, el ministro de relaciones exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, asegura que “en la política exterior cubana no hay ningún cambio sino la continuidad que dicta la política seguida por la revolución con absoluta consistencia desde 1959”.

Las declaraciones dejan bien clara la posición de cada una de las partes en el diálogo. La Unión pondrá condiciones y La Habana no aceptará ingerencias en sus asuntos internos. Mientras tanto, los cubanos de a pie sin entender.

Sin embargo, la actitud del comisario en La Habana deja en entredicho las buenas intenciones del Viejo Continente y un claro mensaje: El diálogo es exclusivamente con la elite de poder. Los cubanos quedan fuera de las negociaciones. Sobre todo, adelantan cuales serán las condiciones óptimas para la conversación: Ignorancia y exclusión de los de los representantes de la sociedad civil democrática.
laritzadiversent@yahoo.es

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