La Habana, Managua. Abril 2 de 2009. (SDP). El régimen rememoró a su manera el sexto aniversario de la arremetida represiva contra la oposición pacífica y la sociedad civil de la isla en marzo de 2003.
La Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), publicó en su sitio digital un artículo, con la firma de M. H Lagarde, lleno de improperios y con amenazas nada disimuladas contra la prensa independiente.
Mesa Redonda, el más oficialista de todos los programas de la televisión nacional (estatal), dedicó una hora y media a atacar a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y a Reporteros Sin Fronteras.
La página digital Kaosenlared publicó una extensa entrevista a Manuel David Orio, uno de los topos que sirvió como testigo de la Fiscalía contra algunos de los luchadores pro democracia presos.
Otro tanto hizo el semanario Trabajadores que dedicó casi una página de su edición del lunes 23 de marzo a una entrevista que la periodista Vivian Bustamante Molina le realizó a Noel Ascanio Montero, otro de los doce presuntos agentes de la Policía Política que estaban dentro de las filas oposicionistas y que fueron destapados para la ocasión.
El trabajo que Bustamante Molina tituló “Voces de secretos” es el que tiene más enjundia. Lo digo sin ironía. Tiene de todo, hasta cosas nunca antes reflejadas en la prensa oficialista.
“Éramos de los líderes más activos, llegamos a dirigir siete grupos; claro, de palabra, porque la disidencia cubana acostumbra a decir organización a dos o tres personas…”, asegura este agente que ayudó a “desenmascarar las actividades subversivas de 75 personas” (los opositores pacíficos presos de 2003).
Existe “la disidencia cubana” y “líderes” de esa disidencia. Ya eso es algo. Lo que no existe es la prensa independiente:
“Los denominados periodistas independientes lo menos que hacen es periodismo y sólo se dedican a decir groserías y mentiras. Carecen de escrúpulos, de una plataforma política. Lo material es el único móvil y por ganarlo hacen y dicen cualquier cosa. Son improvisados, no graduados, sin nociones de esa noble profesión…”.
Algo muy parecido a eso dijo seis años atrás el canciller Felipe Pérez Roque. Hace un mes fue defenestrado. Su padre espiritual y mentor político aseguró que la miel del poder despertó en él ambiciones que lo condujeron a un papel indigno y lo calificó de poco menos que traidor.
Ya no es ministro, integrante del Consejo de Estado, miembro del Comité Central del Partido Comunista ni parlamentario. Parece que le han convertido su vida en basura. Y la prensa independiente continúa.
Al final de la entrevista, en un recuadro, está lo que parece ser lo más interesante de lo publicado en Cuba durante la rememoración de la embestida represiva de marzo de 2003:
“Las detenciones desencadenaron una campaña masiva de los principales medios de difusión a nivel internacional, con el fin de tergiversar los hechos y desacreditar al Gobierno cubano. Sin embargo, la verdad fue conocida por los testimonios de los agentes, quienes dedicaron más de una década de sus vidas a infiltrarse en agrupaciones y partidos de la oposición dentro y fuera de Cuba…”.
Hay “organizaciones y partidos de la oposición” en Cuba. Está es la primera vez que un medio oficialista lo reconoce. ¿Qué hace la Seguridad del Estado “infiltrada” en agrupaciones y partidos que son organizaciones políticas que actúan por derecho propio dentro de cánones pacíficos y dentro de una prensa que no oculta nada y está a favor de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos?
Si la afirmación de la colega Bustamante Molina fue un desliz que pudo atravesar la censura interna del periódico, puede que sólo reciba una fuerte reprimenda y se le prohíba volver a abordar ese tipo de tema. Pero si lo que llevó a blanco y negro fueron sus conceptos personales, no le debe quedar mucho como “trabajadora ideológica”. Le deseo suerte y le recuerdo que la verdadera prensa en Cuba es la que está alejada de servidumbres.
fornarisjo@yahoo.com
La Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), publicó en su sitio digital un artículo, con la firma de M. H Lagarde, lleno de improperios y con amenazas nada disimuladas contra la prensa independiente.
Mesa Redonda, el más oficialista de todos los programas de la televisión nacional (estatal), dedicó una hora y media a atacar a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y a Reporteros Sin Fronteras.
La página digital Kaosenlared publicó una extensa entrevista a Manuel David Orio, uno de los topos que sirvió como testigo de la Fiscalía contra algunos de los luchadores pro democracia presos.
Otro tanto hizo el semanario Trabajadores que dedicó casi una página de su edición del lunes 23 de marzo a una entrevista que la periodista Vivian Bustamante Molina le realizó a Noel Ascanio Montero, otro de los doce presuntos agentes de la Policía Política que estaban dentro de las filas oposicionistas y que fueron destapados para la ocasión.
El trabajo que Bustamante Molina tituló “Voces de secretos” es el que tiene más enjundia. Lo digo sin ironía. Tiene de todo, hasta cosas nunca antes reflejadas en la prensa oficialista.
“Éramos de los líderes más activos, llegamos a dirigir siete grupos; claro, de palabra, porque la disidencia cubana acostumbra a decir organización a dos o tres personas…”, asegura este agente que ayudó a “desenmascarar las actividades subversivas de 75 personas” (los opositores pacíficos presos de 2003).
Existe “la disidencia cubana” y “líderes” de esa disidencia. Ya eso es algo. Lo que no existe es la prensa independiente:
“Los denominados periodistas independientes lo menos que hacen es periodismo y sólo se dedican a decir groserías y mentiras. Carecen de escrúpulos, de una plataforma política. Lo material es el único móvil y por ganarlo hacen y dicen cualquier cosa. Son improvisados, no graduados, sin nociones de esa noble profesión…”.
Algo muy parecido a eso dijo seis años atrás el canciller Felipe Pérez Roque. Hace un mes fue defenestrado. Su padre espiritual y mentor político aseguró que la miel del poder despertó en él ambiciones que lo condujeron a un papel indigno y lo calificó de poco menos que traidor.
Ya no es ministro, integrante del Consejo de Estado, miembro del Comité Central del Partido Comunista ni parlamentario. Parece que le han convertido su vida en basura. Y la prensa independiente continúa.
Al final de la entrevista, en un recuadro, está lo que parece ser lo más interesante de lo publicado en Cuba durante la rememoración de la embestida represiva de marzo de 2003:
“Las detenciones desencadenaron una campaña masiva de los principales medios de difusión a nivel internacional, con el fin de tergiversar los hechos y desacreditar al Gobierno cubano. Sin embargo, la verdad fue conocida por los testimonios de los agentes, quienes dedicaron más de una década de sus vidas a infiltrarse en agrupaciones y partidos de la oposición dentro y fuera de Cuba…”.
Hay “organizaciones y partidos de la oposición” en Cuba. Está es la primera vez que un medio oficialista lo reconoce. ¿Qué hace la Seguridad del Estado “infiltrada” en agrupaciones y partidos que son organizaciones políticas que actúan por derecho propio dentro de cánones pacíficos y dentro de una prensa que no oculta nada y está a favor de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos?
Si la afirmación de la colega Bustamante Molina fue un desliz que pudo atravesar la censura interna del periódico, puede que sólo reciba una fuerte reprimenda y se le prohíba volver a abordar ese tipo de tema. Pero si lo que llevó a blanco y negro fueron sus conceptos personales, no le debe quedar mucho como “trabajadora ideológica”. Le deseo suerte y le recuerdo que la verdadera prensa en Cuba es la que está alejada de servidumbres.
fornarisjo@yahoo.com
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