Arroyo Naranjo, La Habana, 2 de abril de 2009, (SDP) Crecí escuchando afirmaciones tales como: ¨El Hogar es un templo¨, que me enseñaron a comprender el respeto que se le debe guardar a ese lugar donde se desarrollan los hechos más importantes o insignificantes de nuestra vida cotidiana; también viene a mi mente ahora aquella expresión: ¨Hogar, dulce hogar¨, que comparto plenamente, porque en ningún lugar me siento mejor que en mi casa rodeado de mi esposa e hijas. Por eso considero monstruoso que la policía política cubana trate de convertir a los hogares de los opositores en cárceles.
En estos días escuché la noticia de que en Placetas, Villa Clara, el destacado opositor Jorge Luís García Pérez (Antúnez) tenía su casa rodeada de elementos para policiales y de la Seguridad del Estado, porque estaba realizando una huelga de hambre de protesta en el lugar. Como en Cuba es delito hasta dejar de comer - siempre que se haga por decisión propia - , las autoridades prefirieron convertir su casa en centro de detención y no conducirlo hasta una estación de policía.
También en Playa Baracoa, en la provincia de La Habana, otro opositor se enfrentaba a similar medida. Pablo Silva Cabrera, Presidente del Partido Solidaridad Democrática, se encontró de pronto en la mañana del martes 17 de marzo con su casa rodeada por elementos de la Seguridad del Estado y las tristemente conocidas Brigadas de Respuesta Rápida.
Al mediodía lo visitaron dos señoras que se identificaron como funcionarias del PCC Municipal de Bauta, para comunicarle que estaría detenido en su vivienda. Le recomendaron que no fuera a intentar salir a la calle, porque al otro día se conmemoraba el sexto Aniversario de la ¨Primavera Negra de Cuba¨. Pablo les señaló que el procedimiento era totalmente ilegal y hasta innecesario, porque con arrestarlo en cualquiera de los lugares a los que no querían que asistiera tenían suficiente. Pero parece que el objetivo era otro, porque pasado los días de la aciaga conmemoración, el dispositivo de vigilancia se mantenía.
Lo visité casi todos los días – el cerco duró una semana – por suerte no impedían entrar en la casa, como sucede con Antúnez donde no se puede entrar ni salir. Entre los encargados de la vigilancia noté cierto grado de aburrimiento o cansancio. El dispositivo lo habían montado con personas mayores de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, las Brigadas de Respuesta Rápida y los CDR. Involucraron hasta a los vecinos más cercanos, que no se debían negar porque no pocos son miembros o ex miembros de las FAR, ya que Pablo reside en una comunidad militar.
Desde su regreso de Estados Unidos, Pablo ha sido víctima de varios arrestos; parece que no le perdonan que no haya tomado el camino del exilio. Pablo viajó con visa temporal para visitar a su nonagenaria madre que se encontraba en delicado estado de salud. Pero desde el hogar de sus familiares, continuó su labor opositora para hacer llegar el mensaje de la oposición interna cubana. En California participó en unión del Presidente de la Unidad Liberal de la República de Cuba, Héctor Palacios y su esposa Gisela Delgado, en un encuentro con representantes de las distintas organizaciones de exiliados cubanos. La comunicación fue fluida y los cubanos de la otra orilla nos conocieron mejor. Todos ellos regresaron a Cuba; Pablo con su característico sentido del humor me dijo: ¨Nos volvimos a meter en la boca del lobo y además continuamos revisándole las caries¨.
Les confieso que estoy preocupado con este asunto de las detenciones domiciliarias, que no es nuevo y que casi todos en algún momento hemos sufrido. Esto pudiera ser un método recurrente para mantener la represión de una forma velada ya que no habría procesos judiciales, disminuirían la población penal por motivos de conciencia y hasta se ahorrarían la responsabilidad de alimentar y asistir a los encarcelados. Y por supuesto como siempre le estarían mostrando a la población las consecuencias de oponerse al Régimen.
Ojala me equivoque, pero me parece que los cambios que la comunidad internacional le está solicitando a la dictadura cubana, no pasarán, por parte de ésta, de convertir el santuario en prisión.
primaveradigital@gmail.com
Nota: Vicepresidente de una de las alas del escindido Partido Solidaridad Democrática. Integrante de la Unidad Liberal de la República de Cuba.
En estos días escuché la noticia de que en Placetas, Villa Clara, el destacado opositor Jorge Luís García Pérez (Antúnez) tenía su casa rodeada de elementos para policiales y de la Seguridad del Estado, porque estaba realizando una huelga de hambre de protesta en el lugar. Como en Cuba es delito hasta dejar de comer - siempre que se haga por decisión propia - , las autoridades prefirieron convertir su casa en centro de detención y no conducirlo hasta una estación de policía.
También en Playa Baracoa, en la provincia de La Habana, otro opositor se enfrentaba a similar medida. Pablo Silva Cabrera, Presidente del Partido Solidaridad Democrática, se encontró de pronto en la mañana del martes 17 de marzo con su casa rodeada por elementos de la Seguridad del Estado y las tristemente conocidas Brigadas de Respuesta Rápida.
Al mediodía lo visitaron dos señoras que se identificaron como funcionarias del PCC Municipal de Bauta, para comunicarle que estaría detenido en su vivienda. Le recomendaron que no fuera a intentar salir a la calle, porque al otro día se conmemoraba el sexto Aniversario de la ¨Primavera Negra de Cuba¨. Pablo les señaló que el procedimiento era totalmente ilegal y hasta innecesario, porque con arrestarlo en cualquiera de los lugares a los que no querían que asistiera tenían suficiente. Pero parece que el objetivo era otro, porque pasado los días de la aciaga conmemoración, el dispositivo de vigilancia se mantenía.
Lo visité casi todos los días – el cerco duró una semana – por suerte no impedían entrar en la casa, como sucede con Antúnez donde no se puede entrar ni salir. Entre los encargados de la vigilancia noté cierto grado de aburrimiento o cansancio. El dispositivo lo habían montado con personas mayores de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, las Brigadas de Respuesta Rápida y los CDR. Involucraron hasta a los vecinos más cercanos, que no se debían negar porque no pocos son miembros o ex miembros de las FAR, ya que Pablo reside en una comunidad militar.
Desde su regreso de Estados Unidos, Pablo ha sido víctima de varios arrestos; parece que no le perdonan que no haya tomado el camino del exilio. Pablo viajó con visa temporal para visitar a su nonagenaria madre que se encontraba en delicado estado de salud. Pero desde el hogar de sus familiares, continuó su labor opositora para hacer llegar el mensaje de la oposición interna cubana. En California participó en unión del Presidente de la Unidad Liberal de la República de Cuba, Héctor Palacios y su esposa Gisela Delgado, en un encuentro con representantes de las distintas organizaciones de exiliados cubanos. La comunicación fue fluida y los cubanos de la otra orilla nos conocieron mejor. Todos ellos regresaron a Cuba; Pablo con su característico sentido del humor me dijo: ¨Nos volvimos a meter en la boca del lobo y además continuamos revisándole las caries¨.
Les confieso que estoy preocupado con este asunto de las detenciones domiciliarias, que no es nuevo y que casi todos en algún momento hemos sufrido. Esto pudiera ser un método recurrente para mantener la represión de una forma velada ya que no habría procesos judiciales, disminuirían la población penal por motivos de conciencia y hasta se ahorrarían la responsabilidad de alimentar y asistir a los encarcelados. Y por supuesto como siempre le estarían mostrando a la población las consecuencias de oponerse al Régimen.
Ojala me equivoque, pero me parece que los cambios que la comunidad internacional le está solicitando a la dictadura cubana, no pasarán, por parte de ésta, de convertir el santuario en prisión.
primaveradigital@gmail.com
Nota: Vicepresidente de una de las alas del escindido Partido Solidaridad Democrática. Integrante de la Unidad Liberal de la República de Cuba.
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