jueves, 2 de abril de 2009

LAS CASAS PROMETIDAS, Ana Aguililla Saladrigas.


Jaimanitas, La Habana, abril 2 de 2009 (SDP) “¡Ese hombre está loco! ¡Está trayendo materiales y equipos de construcción hasta para hacer dulces!”, dice mi vecino Alfredo mientras pasamos por una casa que remozan en la calle 230 No. 345 entre 3era y 3era A, Jaimanitas.

Alfredo pensaba que aquel domicilio estaba siendo reparado por una familia afectada por los ciclones Ike o Gustav, cuyos nombres están en una lista de damnificados que esperan por la solución de su problema de vivienda.

De ahí la preocupación. Con lo caro que están los materiales constructivos y lo difíciles de conseguir, ¿de dónde habrá sacado un pobre diablo el dinero y los materiales para arreglar tan rápido la casa de Machote, un jaimanitense que emigró hacia Estados Unidos con la familia la semana pasada?

Pero aquellas conjeturas estaban bien lejos de la realidad. La persona que estaba arreglando la casa a toda velocidad no era Marina, la pobre señora que perdió todas sus pertenencias por la penetración del mar, incluyendo la vivienda, cuyas paredes se quebraron ante la fuerza de las olas. Ni tampoco se trataba de los padres del niñito que padece de cáncer en un ojo, ni ninguna de las otras familias que aparecen en la lista de daninificados y esperan por disponibilidades para dejar los albergues. La casa se la dieron nada menos que a un coronel de la Unidad de Guardafronteras que se encuentra situada en la ensenada que bordea la entrada de este Reparto.

Algunos vecinos comentan que el Delegado de la Circunscripción no estuvo de acuerdo con tal decisión, que ocurrió un incidente en el Consejo Municipal del Poder Popular y le exigió al Presidente una explicación del por qué se había escamoteado esa vivienda y otras dos más a las personas necesitadas de la zona que esperan por un lugar para vivir desde hace tiempo. Cuentan que el encontronazo fue tan grande que el Delegado terminó renunciando a su cargo.

En pocos meses el gobierno ha entregado tres casas que se desocuparon en la localidad de Jaimanitas a militares. Las otras dos son en la calle 238 entre 3era y 3era A, y en la calle 3era entre 238 y 240.

Hay una gran preocupación entre los pobladores de esta localidad de que exista un plan no público por parte de las autoridades para ir entregando casas a los militares. Lo cierto es que se está mermando así el por ciento de ciudadanos civiles que residen en la zona y ya se habla de una posible militarización del poblado.

Jaimanitas, era considerada antiguamente una zona de balnearios curativos por la limpieza de sus aguas. Las casas podían alquilarse o comprarse con facilidad por las familias que deseaban una vida sana para sus hijos. Había facilidades de todo tipo para reparar o construir por medios propios. Casi todo estaba en manos particulares y la vida fluía de forma natural, cada quien tenía según su capacidad. Los Coroneles, por entonces muy escasos dentro de la sociedad, no gozaban de privilegios, adquirían las casas al igual que los demás, con arreglo a su renta.

Hoy las cosas han cambiado, el estado confiscó la industria, los servicios, las playas y las casas en nombre del pueblo y contrajo la obligación de dar solución a los problemas de las personas.

Sin embargo en Jaimanitas, los desvalidos que perdieron sus casas con el paso de meteoros tienen pocas esperanzas de solucionar su problema. Había un plan de reponerles la vivienda con las abandonadas en la zona por sus antiguos moradores. Pero evidentemente, esas son cosas que se incumplen con facilidad. ¿Por qué entonces hablar de Katrina si existen Charles, Gustav, Ike…?
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